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ORACIÓN DE LA TARDE 

 

 

Je vis assis, tel qu’un ange aux mains d’un barbier,

Empoignant une chope à fortes cannelures,

L’hypogastre et le col cambrés, une Gambier

Aux dents, sous l’air gonflé d’impalpables voilures.

 

Tels que les excréments chauds d’un vieux colombier,

Mille Rêves en moi font de douces brûlures :

Puis par instants mon coeur triste est comme un aubier

Qu’ensanglante l’or jeune et sombre des coulures.

 

Puis, quand j’ai ravalé mes rêves avec soin,

Je me tourne, ayant bu trente ou quarante chopes,

Et me recueille, pour lâcher l’âcre besoin :

 

Doux comme le Seigneur du cèdre et des hysopes,

Je pisse vers les cieux bruns, très haut et très loin,

Avec l’assentiment des grands héliotropes.

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Vivo sentado, como un ángel en manos de un barbero,

sujetando una jarra de gruesos surcos,

el hipogastrio y el cuello pronunciados, una Gambier

entre los dientes, bajo el aire hinflado de velas impalpables

 

Como los calientes excrementos de un viejo palomar,

mil sueños producen en mi suaves quemaduras:

luego, por momentos, mi triste corazón es como una albura

que ensangrienta el oro joven y oscuro de los derrames

 

Después, cuando me he comido mis sueños con cuidado

me vuelvo, habiendo bebido treinta o cuarenta cervezas,

y reflexiono, para dejar esa amarga necesidad:

 

dulce como el Señor del cedro y los hisopos,

meo hacia los cielos pardos, más alto y más lejos,

con el permiso de los grandes heliotropos.

 

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