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Bodegón con peligro
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Para que alguna cosa resulte necesaria
hace falta el peligro.
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Un plácido frutero
ofrece su sabor a manos llenas.
Te acercas seducido
por el suave mordisco de la luz
sobre la porcelana. Afuera llueve
o acaba de parar hace un momento.
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Cinco dedos curiosos acarician
unas uvas amargas,
una manzana envuelta en pergamino,
unos limones todavía verdes.
Cuando hundes la mano
las frutas se te abren como el agua.
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¿No sabías que al fondo de un intento,
si es nuevo y palpitante,
aguarda siempre una granada?
Estalla
el frutero y revienta en mil pedazos,
mostrándote los hombros de la tarde.
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Como todo matiz, las luces leves
sirven para explotar. Es necesario.
Su requisito es el peligro, eso.
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Andrés Neuman
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Bodegón con peligro
Métodos de la noche
Década (Poesía 1997-2007)
Acantilado, Barcelona, 2008
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