cuando el diablo me rondaba anunciando tus rigores

Señor, oxida mis tenedores

y medallas, pica estas muelas,

enloquece a mi peluquero,

los sirvientes

en su cama de palo sean muertos,

pero líbrame del diablo. Con su olor

a cañazo y los pelos embarrados,

se acerca hasta mi casa.

Lo he sorprendido

tumbado entre macetas de geranio,

desnudo y arrugado.

Estoy un poco gordo, Señor,

espero tus rigores, más no tantos.

He envejecido en batallas,

los ídolos han muerto.

Ahora, espanta al diablo,

lava estos geranios y mi corazón,

hágase la paz, amén.

 

 

 

Antonio Cisneros

Cuando el diablo me rondaba anunciando tus rigores

Antología poética

Fondo de Cultura Económica de México

México 2013

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

la no vida

 

sin espacio para la expresión
del dolor, —como hacen los artistas.

 

es posible

 

Es fácil y probable,
que al pasar los años, se desconozcan

 

belleza

 

Era tan guapa
que no llamaba
la atención