[ezcol_1half]                       

Mag

Juro por Dios, Mag, que ojalá nunca te hubiera visto.

Ojalá nunca dejaras tu trabajo para venirte conmigo.

Ojalá jamás hubiéramos pagado el permiso, ni comprado

un vestido blanco,

para que te casaras el mismo día en que fuimos corriendo

a ver al cura

y le dijimos que nos amaríamos y cuidaríamos uno al otro

por siempre jamás, siempre que el sol y la lluvia perduraran

en algún rincón.

Sí, ahora es mi deseo que vivieras en otra parte, bien lejos

de aquí,

y que yo fuera un vagamundo montado en un mercancías,

a dos mil kilómetros, totalmente en la ruina.

Y ojalá nunca hubiéramos tenido niños

ni el alquiler, el carbón, la ropa por pagar,

ni el recadero de la tienda que viene a cobrar lo suyo,

a cobrar en metálico por alubias y ciruelas.

Ojalá nunca te hubiera visto, Mag

Ojalá nunca hubiéramos tenido niños.

[/ezcol_1half][ezcol_1half_end]

 

 

 

 

Mag

I wish to God I never saw you, Mag.

I wish you never quit your job and came along with me.

I wish we never bought a license and a white dress

For you to get married in the day we ran off to a minister

And told him we would love each other and take care of

each other

Always and always long as the sun and the rain lasts anywhere.

Yes, I’m wishing now you lived somewhere away from here

And I was a bum on the bumpers a thousand miles away

dead broke.

I wish the kids had never come

And rent and coal and clothes to pay for

And a grocery man calling for cash,

Every day cash for beans and prunes.

I wish to God I never saw you, Mag.

I wish to God the kids had never come.

 [/ezcol_1half_end]

 

 

 

 

Carl Sandburg

Mag

Poemas de Chicago

Editorial Señor Hidalgo La Poesía

Barcelona 2003

Versión de Miguel Martínez-Lage

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir