El espejo

.
Un hombre espantoso entra y se mira al espejo.

“¿Por qué se mira al espejo si no ha

de verse en él más que con desagrado?”

El hombre espantoso me contesta: “Señor mío, según los principios inmortales del

ochenta y – nueve, todos los hombres son iguales en derechos; así, pues, tengo derecho a

mirarme; con agrado o con desagrado, ello no compete más que a mi conciencia”.

En nombre del buen sentido, yo tenía razón, sin duda;

pero, desde el punto de vista de la ley,

él no estaba equivocado.

   – 

,
Le miroir

.
Un homme épouvantable entre et se regarde dans la glace.

«- Pourquoi vous regardez-vous au miroir,

puisque vous ne pouvez vous y voir qu’avec déplaisir?»

L’homme épouvantable me répond: «- Monsieur, d’après les immortels principes

de 89, tous les hommes sont égaux en droits; donc je possède le droit de me mirer;

avec plaisir ou déplaisir, cela ne regarde que ma conscience.»

Au nom du bon sens, j’avais sans doute raison;

mais, au point de vue de la loi, il n’avait pas tort.

 

.

 

 

Charles Baudelaire

El espejo

Le Spleen de Paris

Repris en 1864 sous le titre Petits poèmes en prose

Traducción de Enrique Díez-Canedo

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

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