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escobas
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For Tomaz, Susan and George
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1
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Sólo las escobas
saben que el diablo
aún existe,
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que la nieve se pone más blanca
después de que un cuervo la sobrevuela,
que un rincón polvoriento y oscuro
es el lugar de los soñadores y los niños,
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que una escoba es también un árbol
en el huerto del pobre,
que una cucaracha colgando allí
es una paloma enmudecida.
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2
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Las escobas aparecen en los libros de sueños
como presagios de una muerte que se aproxima.
Esa es su vida secreta.
En público se portan como solteronas de senos aplanados
predicando la virtud.
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Son enemigas juradas de la poesía lírica
Acompañan al carcelero en la prisión.
Entran a la celda a oír confesiones.
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Cuando menos lo esperas
Su estaca te golpea.
Y a solas, detrás de la puerta
de un conventillo condenado,
le susurran a nadie en particular
palabras como virgen viento eclipse de luna,
y el más sagrado de todos los nombres:
Hieronymous Bosch.
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3
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De ésta y no de otra manera
fue construida la primera escoba ancestral:
Es decir, arrancaron todas las flechas
de la espalda encorvada de San Sebastián.
Las ataron con la cuerda
con la que Judas se colgó.
Las metieron en el zanco
con el que Copérnico
tocó la estrella de la mañana…
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Sólo entonces la escoba estuvo lista
para dejar el monasterio.
El polvo le dio la bienvenida;
ese gran pornógrafo
quiso inmediatamente
mirar bajo su falda.
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4
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La enseñanza secreta de las escobas
excluye el optimismo, el consuelo
de la pereza, los milagros asombrosos
de un vaso de aguardiente añeja.
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Ella dice: los huesos acaban bajo la mesa
Las migas tienen sus opiniones propias.
La leche es el semen de ya sabes quién.
El ratón tiene el último chillido.
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En cuanto a las famosas teorías
de la levitación, te sugiero recordar:
Sólo hay un Dios
y su profeta es Mahoma
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5
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Finalmente está tu abuela
barriendo el polvo del siglo diecinueve
e introduciéndolo en el veinte, y tu abuelo arrancando
una paja de la escoba para escarbarse los dientes.
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Largas noches de invierno.
Amaneceres con milenios de profundidad.
Ventanas de cocina como cabezas
vendadas por el dolor de muelas.
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La escoba barriendo detrás de ellos,
juntando los brillantes granos de polvo
en nítidas pirámides
que llevan tumbas adentro,
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ya saqueadas por ladrones,
hace mucho, mucho tiempo.
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Brooms
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For Tomaz, Susan and George
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Only brooms
Know the devil
Still exists,
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That the snow grows whiter
After a crow has flown over it,
That a dark dusty corner
Is the place of dreamers and children,
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That a broom is also a tree
In the orchard of the poor,
That a hanging roach there
Is a mute dove.
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Brooms appear in dreambooks
As omens of approaching death.
This is their secret life.
In public, they act like flat-chested old maids
Preaching temperance.
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They are sworn enemies of lyric poetry.
In prison they accompany the jailer,
Enter cells to hear confessions.
Their short-end comes down
When you least expect it.
Left alone behind a door
Of a condemned tenement,
They mutter to no one in particular,
Words like virgin wind moon-eclipse,
And that most sacred of all names:
Hieronymous Bosch.
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In this and in no other manner
Was the first ancestral broom made:
Namely, they plucked all the arrows
From the bent back of Saint Sebastian.
They tied them with a rope
On which Judas hung himself. Stuck in the stilt
On which Copernicus
Touched the morning star…
Then the broom was ready
To leave the monastery.
The dust welcomed it-
That great pornographer
Immediately wanted to
Look under its skirt.
–
The secret teaching of brooms
Excludes optimism, the consolation
Of laziness, the astonishing wonders
Of a glass of aged moonshine.
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It says: the bones end up under the table.
Bread-crumbs have a mind of their own.
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The milk is you-know-who’s semen.
The mice have the last squeal.
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As for the famous business
Of levitation, I suggest remembering:
There is only one God
And his Prophet is Mohammed.
–
And then finally there’s your grandmother
Sweeping the dust of the nineteenth century
Into the twentieth, and your grandfather plucking
A straw out of the broom to pick his teeth
Long winter nights.
Dawns a thousand years deep.
Kitchen Windows like heads
Bandaged for toothache.
–
The broom beyond them sweeping,
Tucking the lucent grains of dust
Into neat pyramids,
That have tombs in them,
–
Already sacked by robbers,
Once, long ago.-
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Charles Simic
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Escobas
Traducción de Guillermo Teodoro Schuster y
Juan Carlos Prieto Cané
ustedleepoesia2.blogspot.com.es
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