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Donde un pordiosero juraba estar tocando el violín de Nerón

Mientras la ciudad ardía en el calor del verano;

Donde una barbera que se hacía llamar así misma Cleopatra

Blandía la tijera del destino sobre mi cabeza

Amenazando con cortarme las orejas y la nariz:

Donde un hombre y una mujer se echaron a caminar desnudos

En uno de los lados oscuros de la calle al amanecer.

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Debo estar soñando, me decía a mí mismo.

Era como conocer una pareja de esfinges.

Esperaba que tuvieran alas, cuerpos de leones;

Él con su agreste pecho tatuado;

Ella con sus enormes tetas colgantes.

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¡Ocurrió demasiado rápido, y hace demasiado tiempo!

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¿Conoces esa hora justo antes de que el día rompa

Cuando uno anhela recostarse en sábanas frías

En un cuarto con las persianas bajadas?

La hora en que los hermosos suicidas

Que yacen extremo a extremo en la morgue

Se levantan y caminan hacia la primera luz.

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Las cortinas de los hoteles baratos vuelan fuera de las ventanas

Como gaviotas, pero todo lo demás está tranquilo…

Vapores se alzan de las rejillas del Metro…

Cuerpos brillantes de sudor…

¡Locura, y bien podrías decir, Paraíso!

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paradise
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In a neighborhood once called «Hell’s Kitchen»

Where a beggar claimed to be playing Nero’s fiddle

While the city burned in midsummer heat;

Where a lady barber who called herself Cleopatra

Wielded the scissors of fate over my head

Threatening to cut off my ears and nose;

Where a man and a woman went walking naked

In one of the dark side streets at dawn.

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I must be dreaming, I told myself.

It was like meeting a couple of sphinxes.

I expected them to have wings, bodies of lions:

Him with his wildly tattooed chest;

Her with her huge, dangling breasts.

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It happened so quickly, and so long ago!

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You know that time just before the day breaks

When one yearns to lie down on cool sheets

In a room with shades drawn?

The hour when the beautiful suicides

Lying side by side in the morgue

Get up and walk out into the first light.

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The curtains of cheap hotels flying out of windows

Like seagulls, but everything else quiet…

Steam rising out of the subway gratings…

Bodies glistening with sweat…

Madness, and you might even say, paradise!

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Charles Simic

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Paradise

Traducción de Frank Báez

Ping Pong, Revista de poesía, nº 5

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