Ayer estuve observando a los animales

Ayer estuve observando a los animales

Y me puse a pensar en ti.

Las hembras son más tersas,

Más suaves y más dañinas.

Antes de entregarse maltratan al macho,

O huyen, se defienden.

¿Por qué? Te he visto a ti también,

Como las palomas, enardeciéndote

Cuando yo estoy tranquilo.

¿Es que tu sangre y la mía se encienden

A diferentes horas?

Ahora que estás dormida debías responderme.

Tu respiración es tranquila y tienes

El rostro desatado y los labios abiertos.

Podrías decirlo todo sin aflicción, sin risas.

¿Es que somos distintos? ¿No te hicieron, pues,

De mi costado? ¿No me dueles?

Cuando estoy en ti, cuando me hago pequeño

Y me abrazas y me envuelves y te cierras

Como la flor con el insecto,

Sé algo, sabemos algo.

La hembra es siempre más grande, de algún modo.

Nosotros nos salvamos de la muerte.

¿Por qué? Todas las noches nos salvamos.

Quedamos juntos, en nuestros brazos,

Y yo empiezo a crecer como el día.

Algo he de andar buscando en ti,

Algo mío que tú eres y que no has de darme nunca.

¿Por qué nos separaron? Me haces falta para andar,

Para ver, como un tercer ojo,

Como otro pie que sólo yo sé que tuve.

 

 

 

 

 

Jaime Sabines

Ayer estuve observando a los animales

Uno es el poeta: antología

4ª edición

Visor Libros 

Madrid 2001

 

 

 

 

 


 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir