Restaurante vegetariano

A los vegetales se entra

con hambre de animal longevo y apacible, y lentamente

se acaba

la lechuga.

.

A la carne se va distinto, se ingresa a ella

con ansia orgánica, casi disputándola

como si fuera carne

del día de la resurrección, y se acaba

el bife.

.

Recuerdas:

para que tú vivieras

tu familia depredaba la tierra para ti,

pollos patos reses cuyes cabritos carne

para convalecer y durar.

.

El alimento en la boca te relaciona

con el mundo. Hay días de felino

y días de paquidermo. Hoy sean bienvenidas

las benéficas ensaladas, la suave soya y las frutas

aunque tarde:

ya cincuenta años que comes carne

y estás eructando miedo.

.

Pero hay días que no tienes carnes ni vegetales

sino arena en la lengua. Te explicas: tal vez has comido

una sequedad inicial, insidiosa, de pecho, y nunca

se acaba, el desierto

nunca se acaba.

.

 

 

 

 

 

 

 

 


José Watanabe


Restaurante vegetariano

Poesía Completa

Pre-Textos

Valencia 2008

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

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