Voy a jugar con la muerte

 

I

 

Padre, me voy:

voy a jugar en la muerte,

padre me voy.

Dile adiós a mi madre,

y apaga la luz de mi cuarto:

padre, me voy.

 

Dile a aquel niño que allá ríe,

no sé de qué, si de la vida,

mi nombre, sólo mi nombre.

 

Pon mis juguetes en buen orden

oso con oso, pon al perro

con el pájaro, en cuanto al pato

déjalo solo, al pato:

padre, me voy: voy a jugar con la muerte.

 

Había una llama, sí en mis ojos,

porque velaron tantas noches

y no logró nadie cerrarlos

sino yo; perdona, padre, que no hubiera

nadie, sino yo: me voy,

me voy solo a jugar con la muerte.

 

II

 

Padre, estoy muerto, ya, y qué oscuro

es todo esto:

no hay luna aquí, no hay sol ni tierras,

padre, estoy muerto.

 

Somos los muertos como enfermos

y el cementerio el hospital

para jugar aquí a los médicos

sábana blanca y bisturí

y tantas tumbas como lechos

para soñar: y son tan blancos esos huesos

padre tan blancos: como soñar.

 

Dicen los otros, los más muertos

los que ya llevan tiempo y tiempo

aquí vengándose de Dios

que vendrá el Diablo, el buen Diablo

que vendrá el Diablo con más flores

de las que nadie pueda traer.

 

Padre, estoy muerto, no estoy solo

padre, estoy muerto, tengo amigos

con quien jugar.

 

III

 

Madre, esos besos que en la tumba

aún me das

son despertar, son nuevo frío;

estuve vivo, ya lo supe

ahora déjame olvidar.

 

IV

 

Padre, estoy muerto, y es la tumba

una cuna mucho mejor

padre, no hay nadie, ya estoy solo

padre, si alguna vez de nuevo

vuelvo a vosotros , padre si otra

vez yo vivo no sé con qué voy a soñar.

 

 

 

Leopoldo María Panero

Voy a jugar con la muerte

El que no ve (1980)

 


 

 

 

 

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