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la naturaleza de los sueños
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Al alba bebía la leche, minuciosamente, bajo la mirada vigilante de mi madre;
pero, luego, ella apartaba un poco, volvía a hilar la miel,
a bordar a bordar, y yo huía hacia la inmensa pradera, verde y gris.
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A lo lejos, pasaban las gacelas con sus caras de flor;
parecían lirios con pies, algodoneros con alas.
Pero, yo sólo miraba a las piedras, a los altos ídolos,
que miraban a arriba, a un destino aciago.
Y, qué podía hacer; tenderme allí, que mi madre no viese,
que me pasara, otra vez, aquello horrible y raro.
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Marosa di Giorgio
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La naturaleza de los sueños
De «Los papeles salvajes» 1991
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