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“Ruiseñor del lodo”
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Corbière
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¿Por qué bajas los párpados?
Ya sé que estás desnudo,
pero puedes mirarme con los ojos tranquilos.
Los días nos enseñan que la fealdad no existe.
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Tu vientre de canónigo
y tus manos reumáticas,
no impiden que te pases la noche en los pantanos,
mirando las estrellas,
mientras cantas y oficias tus misas gregorianas.
Frecuenta cuanto quieras el farol y el alero.
Me entretiene tu gula
y tu supervivencia entre seres recientes:
“parvenus” de la tierra.
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Pero has de perdonarme
si no te doy la mano.
Tú tienes sangre fría.
Yo, demasiada fiebre.
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Oliverio Girondo
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Ruiseñor del lodo
Persuasión de los días
Crux
Ciudad de México 2010
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