Pablo-Neruda

ángela adónica


Hoy me he tendido junto a una joven pura

como a la orilla de un océano blanco,

como en el centro de una ardiente estrella

de lento espacio.

De su mirada largamente verde

la luz caía como un agua seca

en transparentes y profundos círculos

de fresca fuerza.

Su pecho como un fuego de dos llamas

ardía en dos regiones levantado,

y en doble río llegaba a sus pies

grandes y claros.

Un clima de oro maduraba apenas

las diurnas longitudes de su cuerpo

llenándolo de frutas extendidas

y oculto fuego.

 

 

 


Pablo Neruda

Ángela adónica

Residencia en la tierra

Editorial Universitaria

 

 


 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

la no vida

 

sin espacio para la expresión
del dolor, —como hacen los artistas.

 

es posible

 

Es fácil y probable,
que al pasar los años, se desconozcan

 

belleza

 

Era tan guapa
que no llamaba
la atención