–
[ezcol_1half]–
curación por la fe
–
–
Lentamente las mujeres desfilan hasta el hombre
erguido, de gafas sin montura, pelo plateado,
traje oscuro, cuello blanco. Los ayudantes, infatigables,
las convencen de que avancen hasta su voz y sus manos,
hasta esa cálida lluvia de primavera que es su amorosa atención,
los veinte segundos para cada una. Dime, hija mía,
¿cuál es el problema?, pregunta la voz grave, de acento americano.
Y, sin pausa apenas, comienza a rezar,
dirigiendo a Dios hacia ese ojo, esa rodilla.
Bruscamente juntan las cabezas; enseguida, exiliadas
–
como pensamientos perdidos, quedan en silencio; algunas
se alejan avergonzadas, sin volver a sus vidas
todavía; otras se quedan tiesas, temblando, con un llanto
ronco y escandaloso, como si en su interior aún perviviera
una niña muda e idiota, despertada
por esa muestra de amabilidad, pensando que una voz
por fin les ha hablado, que han aparecido unas manos
que las elevan y aligeran; y tanto júbilo
les traba la lengua, espesa, los ojos supuran dolor, un gentío
sigue agolpándose, dichoso, a la espera de las grandes respuestas.
–
¡El problema! Con su bigote y su vestido floreado, tiemblan:
ahora el problema es todo. En todas duerme la sensación
de haber vivido según el amor.
Para algunas todo sería distinto
de amar a los demás, pero casi todas piensan
en lo que podrían haber hecho de haber sido amadas.
Eso nada lo cura. Un inmenso dolor que se remansa,
como cuando, al deshelarse, el rígido paisaje llora,
las va recorriendo lentamente: eso, y la voz que sobre ellas
dice Hija mía, y todo lo que el tiempo ha rebatido.
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]
–
–
Faith healing
–
–
Slowly the women file to where he stands
Upright in rimless glasses, silver hair,
Dark suit, white collar. Stewards tirelessly
Persuade them onwards to his voice and hands,
Within whose warm spring rain of loving care
Each dwells some twenty seconds. Now, dear child,
What’s wrong, the deep American voice demands,
And, scarcely pausing, goes into a prayer
Directing God about this eye, that knee.
Their heads are clasped abruptly; then, exiled
–
Like losing thoughts, they go in silence; some
Sheepishly stray, not back into their lives
Just yet; but some stay stiff, twitching and loud
With deep hoarse tears, as if a kind of dumb
And idiot child within them still survives
To re-awake at kindness, thinking a voice
At last calls them alone, that hands have come
To lift and lighten; and such joy arrives
Their thick tongues blort, their eyes squeeze grief, a crowd
Of huge unheard answers jam and rejoice –
–
What’s wrong! Moustached in flowered frocks they shake:
By now, all’s wrong. In everyone there sleeps
A sense of life lived according to love.
To some it means the difference they could make
By loving others, but across most it sweeps
As all they might have done had they been loved.
That nothing cures. An immense slackening ache,
As when, thawing, the rigid landscape weeps,
Spreads slowly through them – that, and the voice above
Saying Dear child, and all time has disproved.
[/ezcol_1half_end]
–
Philip Larkin
–
Curación por la fe
Poesía Reunida
Las bodas de pentecostés
The Complete Poems, Archie Burnett, ed.
Nueva York, Farrar, Strauss and Giroux, 2012
Versiones de Damián Alou y Marcelo Cohen
Lumen
–
Vaya poemazos que está colgando,
Mudo me quedao…
gracias por compartirlos
Ángel
Larkin son palabras mayores… por eso lo cuidamos 😎
Gracias
Narciso