–
–
the four temperaments
–
–
The probing eye turns the sun’s rays into police batons.
And in the evening: the hubbub from a party in the room below
sprouts up through the floor like unreal flowers.
–
Driving on the plain. Darkness. The coach seemed stuck on the spot.
An anti-bird screeched in starry emptiness.
The albino sun stood over tossing dark seas.
*
A man like an uprooted tree with croaking foliage
and lightning at attention saw the beast-smelling
sun rise up among pattering wings on the world’s
–
rocky island surging ahead behind banners of foam through night
and day with white sea birds howling
on the deck and all with a ticket to Chaos,
*
You need only close your eyes to hear plainly
the gulls’ faint Sunday over the sea’s endless parish.
A guitar begins twanging in the thicket and the cloud dawdles
–
slowly as the green sledge of late spring
—with the whinnying light in the shafts—
comes gliding on the ice.
*
Woke with my girl’s heels clopping in the dream
and outside two snowdrifts like winter’s abandoned gloves
while leaflets from the sun cascaded over the city.
–
The road never comes to an end. The horizon rushes ahead.
The birds shake in the tree. The dust whirls around the wheels.
All the rolling wheels that contradict death!
–
–
–
los cuatro temperamentos
–
–
Registrando, el ojo transforma los rayos solares en bastones policiales.
Y de noche: la bulla de una fiesta en el piso de abajo
sube como flores irreales a través del suelo.
–
Salgo a la llanura. Oscuridad. El vagón parece no moverse.
Un anti-pájaro graznaba a la ausencia de estrellas.
Arriba el sol albino, lanzando oscuras marejadas.
*
Un hombre como un árbol erguido con hojas crujientes
y un rayo en guardia vio al sol con hedor de bestia
que buscaba entre alas crepitantes sobre la isla de acantilados
–
del mundo, avanzando tras banderas de espuma por la noche
y el día, con blancos pájaros lacustres y ruidosos
en cubierta, y todos con pasaje hacia el Caos.
*
Basta con cerrar los ojos para oír claramente
el pequeño domingo de las gaviotas sobre la comarca interminable del mar.
Una guitarra comienza a abotonar el arbusto y la nube avanza
–
lentamente, como el trineo verde de la primavera tardía
-con la luz amarrada que relincha-
llega resbalando sobre el hielo.
*
Desperté con los tacones de la amiga golpeteando en el sueño
y, afuera, dos montones de nieve, como olvidados guantes del invierno,
mientras octavillas del sol se desplomaban sobre la ciudad.
–
El camino nunca tiene fin. El horizonte se apura hacia adelante.
Los pájaros sacuden el árbol. El polvo se marea en torno a las ruedas.
¡Todas las rodantes ruedas que contradicen la muerte!
–
–
Tomas Tranströmer
–
Los cuatro temperamentos
Traducción al inglés en:
The Great Enigma: New Collected Poems
–
Al español en:
ddooss.org/documentos/poesia/Tomas_Transtromer
–
0 comentarios