no te conozco

 

¿A quién amo, a quién beso, a quién no conozco ?

A veces creo que beso solo a tu sombra en la tierra,

a tu sombra para mis brazos humanos.

Y no es que yo niegue tu condición de mujer,

oh nunca diosa que en mi lecho gimes.

Pero yo nunca gimo de alegría cuando te estrecho.

Sobre la ebriedad del amor, cuando bajo mi pecho brillas

con el secreto brillo íntimo que sólo la piel de mi pecho

conoce,

yo sufro de soledad, oh siempre allí postreramente

desconocida.

Nunca: cuando la unidad del amor grita su victoria en la

ya única vida,

algo en mí no te conoce en la oscura sombra estremecida

que bajo el dulce peso del amor me sostiene

y me lleva en sus aguas iluminadamente arrastrado.

Yo brillando arrastrado sobre tus aguas vivas,

a veces oscuras, con mezcladas ondas de plata,

a veces deslumbrantes, con gruesas bandas de sombra.

Pero yo, sobre el hondo misterio, desconociéndolas.

Natación del amor sobre las aguas mortales,

sobre las que gemir flotando sobre el abismo,

hondas aguas espesas que nadie revela

y que llevan mi cuerpo sobre ausencias o sombras.

Entonces, cerrado tu cuerpo bajo la zarpa ruda,

bajo la delicada garra que arranca toda la música de tu

carne ligera,

yo te escucho y me sobrecojo de la secreta melodía,

del irreal sonido que de tu vida me invade.

Oh, no te conozco: ¿ quién canta o quién gime?

¿Qué música me penetra por mis oídos absortos?

Oh, cuán dolorosamente no te conozco,

cuerpo amado que no hablas para mí que no escucho.

 

 

 

 

 

Vicente Aleixandre

No te conozco

Obras completas, M., Aguilar, 1968

2º edición aumentada: 1977

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir