«El horizonte es un caballo rojo que relincha en los

labios de la multitud enterrada.»

Juan Carlos Mestre

«…la pérdida de las ilusiones, las ilusiones de quien, a

los veinte años, cree poder rehacer el mundo: ahora he

aprendido que es preciso seguir luchando por aquello

en lo que uno cree, sin esperanza de vencer».

Pier Paolo Pasolini

«Tengo las manos vacías/ de tanto dar sin tener:/ pero

las manos son mías».

Copla presumiblemente popular

 

alianza

1

Un bosque entero ha regresado desde tu nuca

esta noche, lo he visto conciliador,

amigo, decididamente a favor

de lo posible, tú dormías

tras la severidad de las últimas jornadas.

No quise despertarte, me refresqué en tu pulso.

Las señales parecen indudables:

podemos auxiliar a tiempo, juntos,

al número dos de dios, al tres, a otros acaso.

Ahora es sazón de no olvidar los sueños.

2

Hueles

tan bien. Hay miel como hay sudor,

hay trigo y tierra. Yo lo veo y lo oigo resonante,

tan bien. Sabes tan bien gozar.

Preservas tanto instinto de la flor a la fruta.

Yo lo veo y lo oigo y te respiro y otra vez

te tomo abierta en nuestra mesa de viento.

3

He soñado

la salvación de tu sudor

defiendo

nuestra intimidad común

ante los estragos de este cielo sangriento

recibo

en la libertad de tu cuerpo marcado

la ligera prosodia del placer

he soñado

la salvación de tu sudor.

4

Luego en el filo de la sombra

bailas

iluminada por blanca lentitud, bellísima,

tajantemente viva, sabiendo en todos los poros

y en todas las arrugas del placer

que es bien cierta la muerte, mas sólo empieza mañana.

Jorge Riechmann

El corte bajo la piel

Primera publicación:

Editorial Bitácora, Madrid 1994


 

 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

radiografía

 

Algo que ahora sé, no tendría que haber ocurrido.

 

 

oficio

 

Algunos de mis amigos se hartan de lo mismo;
y ellos no escriben poemas.

 

balconcillos 19

 

Hay suficiente belleza en estar aquí y no en otra parte.