límite

 

 

La mujer se ha perfeccionado.

Su cuerpo

Muerto luce la sonrisa del acabamiento,

La ilusión de un anhelo griego

Fluye por las volutas de su toga,

Sus pies

Descalzos parecen decir:

Hasta aquí hemos llegado, se acabó.

Cada niño muerto, enroscado en sí,

Una serpiente blanca, uno a cada lado de

Su jarrita de leche, ya vacía.

Ella los ha plegado

De nuevo hacia su cuerpo, como se cierran

Los pétalos de una rosa cuando el jardín

Se retesa y los aromas sangran

De las dulces y profundas gargantas de la flor de noche.

La luna no tiene por qué entristecerse.

Está acostumbrada a ver este tipo de cosas,

Oculta bajo su capuchón de hueso,

Arrastrando sus vestiduras crepitantes y negras.

5 de febrero de 1963

 

 

edge

The woman is perfected.   
Her dead
Body wears the smile of accomplishment,   
The illusion of a Greek necessity
Flows in the scrolls of her toga,   
Her bare
Feet seem to be saying:
We have come so far, it is over.
Each dead child coiled, a white serpent,   
One at each little
Pitcher of milk, now empty.   
She has folded
Them back into her body as petals   
Of a rose close when the garden
Stiffens and odors bleed
From the sweet, deep throats of the night flower.
The moon has nothing to be sad about,   
Staring from her hood of bone.
She is used to this sort of thing.
Her blacks crackle and drag.
________________________
Sylvia Plath, “Edge” from Collected Poems.
Source: Collected Poems (HarperCollins Publishers Inc, 1992)
______________________

Sylvia Plath

De: “Poesía Completa, 1963”
Edición de Ted Hughes
Recogido en: Poesía Completa – Sylvia Plath 1956-1963
Traducción de Xoán Abeleira
Bartleby Editores – Edición bilingüe – 2009

_________________________

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Éste fue el último poema que escribió S. P., cuando ya estaba on edge, ―al borde‖, ―al límite‖ de sus fuerzas físicas y psíquicas, y es obvio que en él imaginó su propia muerte y la de sus hijos —si bien al final, y por fortuna, no se atrevió a matarlos a ellos—, de un modo que evoca, a todas luces, la historia de Medea (ver poema n° 98, ―Secuelas‖). Si para escribir ―Invernando‖ (poema n° 180), S. P. utilizó el manuscrito de The Calm (ver nota al respecto), aquí empleó el reverso de la copia mecanografiada de ese poema. Algo terriblemente significativo: escribir su último poema, el poema de la derrota, sobre el que ella, unos meses antes, había elegido para cerrar el libro de su nuevo renacimiento: el que empieza con la palabra ―amor‖ y acaba con la palabra ―primavera‖.

El primer verso de la primera versión de ―Límite‖ indica que S. P. lo concibió poniéndose en el lugar de la luna (Diosa-Hechicera) que contempla la escena: «Down there the dead woman is perfected», «Allí abajo la mujer muerta se ha perfeccionado». La autora ya había abordado este concepto de ―perfección‖ en un pasaje de ―Tres mujeres‖ (cf. monólogo II de la ―Segunda Voz‖), e incluso utilizado la misma frase hecha que repite aquí: «It is over» (cf. principio del monólogo V de la ―Segunda Voz‖). La poeta y crítica Judith Kroll ve, sin embargo, este ―acabamiento‖ más bien como una suerte de ―inmunidad‖ ante cualquier futuro daño y cambio, comparando el «calmo y noble» final de la protagonista de este drama con el de la Cleopatra de Shakespeare. Su análisis y su comparación tienen fundamento, y Kroll lo demuestra citando, entre otros, dos versos eliminados por la poeta: uno, del manuscrito de ―Olmo‖, en el que S. P. llamaba a la luna «esa dorada Cleopatra»; y otro, del manuscrito de ―Límite‖, en el que la ―mujer perfeccionada‖ decía: «Ahora ya nada puede ocurrir». Además, aporta un dato sumamente curioso, el de que posiblemente [S.P.] sintió una irónica e íntima conexión con la obra [de Shakespeare], ya que en ella se habla de una herida empleando las iniciales de su marido: «Tuve una herida aquí que era como una T / pero que ahora forma una H.»

S. P. envió el poema a The Observer el mismo día en que se suicidó: el lunes 11 de febrero de 1963. ―Limite‖ apareció publicado el día 17, junto con ―Los miedosos‖, ―Bondad‖, ―Contusión‖ y una nota necrológica firmada por A. Álvarez. (N. del T.) <<

[787] Esta «illusion of a Greek necessity» puede ser entendida, a mi juicio, como ―un anhelo (ilusorio) de muerte digna‖ (tipo Sócrates) o bien como ―una suerte de anhelo de perfección estética‖, de ―belleza helénica‖. La espiral (con toda su simbología) es el diagrama de fondo del poema. Así, en referencia a esa belleza clásica, S. P. juega con la palabra scrolls (aquí, una metáfora de los ―pliegues‖, sí, mas por eso mismo debemos conservarla), la cual puede significar tanto ―rollo, manuscrito antiguo‖ como ―volutas‖ o ―cualquier objeto enrollado‖. Y los hijos que la mujer muerta intenta ―volver a plegar‖, retrotraer a su útero, están ―ovillados‖, ―enroscados‖ sobre sí mismos, como serpientes. (N. del T.) <<

[788] La imagen del jardín que ―se atiesa‖ evoca, claramente, el rigor mortis de los tres cadáveres de esta tragedia. He preferido el sinónimo ―retesar‖ porque refuerza —añadiéndole cierta dureza con esa ―r‖ inicial— la aliteración sibilante. (N. del T.) <<

[789] A night flower puede ser cualquier flor de noche o nocturna (como los dondiegos), aunque, claro, la expresión también puede significar aquí ―flor de la noche‖, la noche en sí, vista como una inmensa flor de infinitas ―gargantas‖, teniendo en cuenta que throat, en su sentido botánico designa ―la abertura de una corola o cáliz tubular‖. (N. del T.) <<

[790] El sustantivo black posee una acepción que mis colegas han obviado o no han visto: «Clothing of the darkest hue, especially such clothing worn for mourning». O sea, ―traje, vestido de luto‖. Acepción que ya ha aparecido en un poema anterior: ―Gigoló‖. («And I, in my snazzy blacks») escrito apenas unos días antes. La luna aparece aquí personificada como una figura espectral, vestida con unos ropajes negros, y oculta bajo una ―capucha hecha de hueso‖, como una cobra. (N. del T.) << 

 

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