balada

Ésta es la balada de una muerta

que de repente se alzó de la silla.

Compuesta con buena voluntad,

escrita en el papel.

Con las ventanas descubiertas

todo ocurrió a la luz de una lámpara.

Todo el que quiso pudo verlo.

Cuando se cerró la puerta

y el asesino huyó por la escalera,

ella se levantó como los vivos

que el repentino silencio despierta.

Se levantó, mueve la cabeza,

y con unos ojos duros como un anillo

mira por los rincones.

No se eleva en el aire

anda por el simple suelo

por las crujientes tablas.

Todas las huellas del asesino

las quema en un fuego. Hasta los restos

de la fotografía hasta los residuos

de los cordones en el fondo del cajón.

No está asfixiada.

No está tiroteada.

Ha sufrido una muerte invisible.

Puede dar signos de vida,

llorar por distintos y pequeños motivos,

gritar incluso de pánico

al ver un ratón.

  Tantas

son las debilidades y ridiculeces

fáciles de imitar.

Se ha levantado, como se levanta uno.

Anda, como se anda.

Incluso canta peinándose el cabello, que crece.

Wislawa Szymborska

Poesía no completa

La sal 1962

Edición y traducción de

Gerardo Beltrán, Abel A. Murcia

2ª edición

FCE, México, 2008


 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

después del incidente

 

Sigue creyendo que la luna vierte
su locura inconstante aquí en la noche,
que existe un mundo fiel

 

la vista atrás

 

Me recuerdo de niño, solo en mi soledad.
Notaba que mi vida no era real.