Madre: quiero olvidar

esta creencia sin descanso. Nadie

ha visto un corazón habitado:

¿por qué este pensamiento irreparable,

esta creencia sin descanso?

 

Estar desesperado

estar químicamente desesperado,

no es un destino ni una verdad

Es horrible y sencillo

y más que la muerte. Madre:

dame tus manos, lava

mi corazón, haz algo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Antonio Gamoneda

Edad
EDICIONES CÁTEDRA 1988
Miguel Casado
Letras Hispánicas


 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir