[las cosas van bien, sin duda. Como es premio joven nos interesa

ante todo que nos muestre que el idioma no se lo come por piernas. 

Que, sin ser despótico con las palabras, las distribuye en el espacio

y en el tiempo del poema según su imaginación creativa. 

Que va sobrenadando el lenguaje con agilidad y nos entretiene,

es decir, que sus poemas nos enganchan porque ha

fabricado unos sencillos carriles de versos que nos permiten 

deslizarnos desde el principio hasta el final sin darnos cuenta,

como si bajáramos por un tobogán. 

Entre helechos -que bordean literalmente el flanco izquierdo, ya que

los poemas tienen la margen izquierda a su izquierda, como los ríos,

porque descienden, sus aguas nos transportan, bajamos desde el arriba

de la página hacia el abajo, hasta el pie, y desembocamos felizmente

entre gallimimus, nos ha puesto cinco o seis, aunque en realidad,

si hemos visto la película, ya estamos corriendo rodeados de decenas de

gallimimus, que nos adelantan y viran deprisa: es decir: el poema acaba

pero nos deja corriendo en medio de la carrera de gallimimus,

qué maravilla.]

 

 

 

 

 

 

 

[en esta tercera entrega, Círculo de poesía nos ofrece

un poema del segundo libro de Unai Velasco;

el primer libro era de 2012, el segundo de 2014.]

 

 

círculo de poesía

 

unai velasco

 

 

 

Del poemario El silencio de las bestias, La Bella Varsovia, 2014:

 

 

 

 

introito

 

                                                                             Para Gema, que giró conmigo

                                                                              «Omnes in…»

 

 

 

 

Lo que se lleva esa casa de ahí por delante es un viento muy fuerte.

 

Por eso queríamos crecer a salvo buscar

un lugar mejor nos llamaban los cazatornados

era la mayor serie de tormentas en doce años mejor

permanecer juntos vivíamos

para esto nos decíamos

que vivíamos para esto comiendo hamburguesas en casa

de la tía Meg y todo el rato pensando en el área de succión

cuál

pensábamos y no sabíamos hacia dónde crecer qué viento

volteaba los postes sin desperdigarlos no teníamos

ni idea teníamos a Dorothy I y a

Dorothy II y a cuatro Dorothys más y las hamburguesas sabían

tan bien y el cielo se estaba poniendo verdaderamente verde

por donde crecía crecíamos juntos en la canción o el

torbellino buscar el eje cuál comer la carne

de Oklahoma besar la mejilla de la tía Meg siempre

siempre siempre juntos Rabbit Joey Heinze y

Dusty y Joe y Bill también hacia el centro hacia el eje de succión

cuál

crecer como un perro que corretea junto al porche

y no se aleja demasiado era

la mayor tormenta de los últimos doce años y nos parecíamos

tanto a las mazorcas ni te imaginas uno y luego otro y otro como

postes de pino en hilera poderosa

al viento

al viento distinto que nos reúne

que no nos tumba y nos mantiene aquí porque

gira sobre sí mismo.

 

Hacia ese lugar crecíamos.

 

 

 

 

 


 

 

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