Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres…
¡esas… no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día…
¡esas… no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido…; desengáñate,
¡así… no te querrán!
Juan Eduardo Cirlot
De Homenaje a Bécquer I y II
(2a. versión)
(1971)
I
Y caer
las oscuras aquellas, las tupidas
como lágrimas.
Y caer
las ardientes, aquellas de rodillas.
Sus nidos como lágrimas del día.
Sus nidos. Sí, sus nidos.
[…]
De tu jardín absorto y de rodillas,
las palabras que el vuelo refrenaban.
Pero aquellas oscuras madreselvas,
pero aquellas tupidas golondrinas,
pero aquellas cuajadas de rocío.
[…]
Volverán del amor a tus cristales
aquellas como lágrimas del día
en tu jardín ardientes a sonar,
y otra vez a la tarde las oscuras
sus flores abrirán.
Pero mudo y absorto de rocío,
como se adora el ala al contemplar
y caer.
[…]
Las lágrimas ardientes a escalar,
las palabras cuajadas, las palabras.
Y caer, como nidos
de tu jardín absorto ante el altar.
Madreselvas, ardientes golondrinas,
aquellas madreselvas.
[…]
Tu corazón, aquellas,
nidos, balcón, aquellas,
aquellas golondrinas.
Pero mudo y absorto,
pero aquellas rodillas.
Las oscuras, oscuras,
las tupidas, tupidas.
Pero mudo y absorto.
Golondrinas,
golondrinas.
De tu jardín las tapias a sonar.
[…]
II
Mi dicha, corazón, las golondrinas,
de tu jardín las tapias a escalar
y otra vez a la tarde, aún más hermosas
cuyas gotas mirábamos temblar,
pero aquellas cuajadas de rocío,
pero aquellas que el vuelo refrenaban
pero aquellas oscuras madreselvas….
[…]
Volverán del amor en tus rodillas
las gotas a caer,
pero aquellas que el vuelo, las ardientes…
En tus oídos. Mudo
y absorto, ¿volverán?
¿Volverán a escalar como se adora?
Nuestros nombres caer
como lágrimas, tapias, desengáñate;
así no.
[…]
Golondrinas palabras,
ardientes madreselvas.
Las tapias a sonar en tu balcón,
las oscuras, oscuras, las oscuras.
Pero como
de rodillas, absorto (las rodillas)
y caer, como lágrimas del día,
desengáñate.
En tu balcón aquéllas, las tupidas,
pero ésas…
[…]
¿Volverán?
Tu corazón, de su profundo sueño
en tu balcón sus nidos a colgar.
¿Volverán?
[…]
Rocío en tu balcón, pero las tapias,
sus flores de rodillas, golondrinas,
ardientes a escalar.
¿Volverán las oscuras?
Las oscuras palabras de las gotas,
las madreselvas de rocío como
rodillas.
¿Volverán las oscuras madreselvas?
Del día
rocío en tu balcón
y caer,
¿volverán?
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Master, espléndida combinación.
Personalmente, aunque Nacha Guevara canta muy bien el poema,
como versión poética prefiero, con mucho, la de Cirlot,
con esas combinaciones absurdas que nos proporcionan más
conciencia de las palabras del poema.
Y además porque Cirlot era así, disparatadamente poético.
narciso de alfonso