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museo
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Hay platos, pero no hay apetito.
Hay alianzas, pero no amor correspondido
desde hace al menos trescientos años.
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Hay un abanico, ¿dónde está el rubor?
I hay espadas, ¿dónde está la ira?
Y el laúd ni siquiera suena al alba.
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A falta de eternidad, han reunido
diez mil cosas viejas.
El mohoso portero dormita apaciblemente,
sus bigotes cuelgan por encima del escaparate.
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Los metales, la arcilla, una pequeña pluma de pájaro,
triunfan, callados, en el tiempo.
Sólo se ríe la aguja de la risueña de Egipto.
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La corona sobrevivió a la cabeza.
La mano perdió contra el guante.
El zapato derecho venció al pie.
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En cuanto a mí, créanme, vivo.
Mi carrera contra el vestido aún continúa.
Y ¡qué terquedad la suya!
Y ¡qué deseos de sobrevivir!
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Wislawa Szymborska
Poesía no completa
Sal, 1962
Edición y traducción de
Gerardo Beltrán, Abel A. Murcia
2ª edición
FCE, México, 2008
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