Paradisaea Papua
 
La hembra no tiene nada de notable
sus plumas pasan
del blanco al beige por gradaciones suaves

Ni por todo el oro del mundo
me tomaría la molestia
de examinar al macho y cuándo llega
a toda su belleza. Prefiero a este respecto
fiarme del testimonio de los nativos fieles

Estas aves
a pesar de haber visto alguna de ellas
en cautividad
inspiran el deseo de perseguirlas
en sus bosques natales

Pero para cazarlas, sorprenderlas,
es del todo preciso ir vestido de gris.
Aníbal Núñez
De «Estampas de Ultramar»

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir