CÍRCULO DE POESÍA

EZRA POUND: EL MEJOR ORFEBRE

30 oct 2013

Edgar Amador

Separation on the River Kiang 

 Ko-jin goes west from Ko-kaku-ro,

The smoke flowers are blurred over the

river.

His lone sail blots the far sky.

And now I see only the river,

The long Kiang, reaching heaven.

Separación en el Río Kiang

Ko-jin fluye al oeste desde Ko-kaku-ro

Se borran las flores de humo sobre el

río

Su solitaria vela empaña el cielo lejano

Y ahora veo tan solo el río

El largo Kiang, alcanzando el cielo.

Ezra Pound quiso ser moderno, pero acabó siendo un clásico, terminó encontrando la modernidad en la tradición. Mientras

Marcel Duchamp y Picasso, Gertrude Stein y T.S. Elliot, buscaban en la ruptura de la tradición vigente el nuevo decir y hacer,

Ezra Pound, quien inculcó en los poetas e intelectuales de habla inglesa más importantes de la vanguardia, el ansia por lo moderno

y la necesidad de la ruptura con la tradición, acabó buscando dicha modernidad en el provenzal, en la literatura italiana a partir

de Dante, en Lope, en la poesía china ancestral, en el Haikú.

Pound acabó siendo un clásico, y escribió algunos de los poemas en lengua inglesa más bellos del siglo XX. Como resultado,

fue capaz de dar a la poesía en lengua inglesa su verdadera modernidad: la universalidad, la incorporación de múltiples tradiciones

poéticas dentro de la tradición de una lengua.

          Es Pound quien rompe las aldeas lingüísticas en que las diversas poesías se encontraban y es el gran comunicador entre

lenguas y poesías del mundo. No en tanto traductor, sino en tanto poeta.Cathay por ejemplo, no puede ser leído como traducciones

de la poesía china, sino como poemas chinos de Ezra Pound.

          La verdadera modernidad del poeta de Rapallo radica en haber poetizado en inglés tradiciones poéticas que hasta el momento

sólo habían sido objeto de estudio crítico o de traducciones, no de asimilación poética. Pound no tradujo del chino al inglés, escribió

poemas chinos en inglés, o como en “Lustra”, escribió poemas italianos con música provenzal, pero en inglés.

          Las generaciones recientes de poetas y lectores en México y en general, en castellano (con la probable excepción de Chile),

consideran a Pound más que nada como el autor de “ese vasto y descosido poema” que son los Cantos, y no cómo el poeta que

partió en dos la línea de tiempo de la poesía moderna. Como la generación de poetas que escribían en español durante la segunda

mitad del siglo pasado, comprendió mejor y se inclinó por la propuesta moderna de T.S. Elliot, la radical propuesta modernista de

Pound encontró un eco menguado en nuestra lengua.

          Pound es el gran renovador de la poesía en lengua inglesa, el gran río del cual son tributarios todos los grandes poetas de la

vanguardia en ese idioma, casi sin excepción.

Mientras que la modernidad francesa, y por extensión, la castellana, fue la de mirar hacia delante y romper con la tradición, Pound

buscó en otras tradiciones la modernidad y la ruptura, comenzando así lo que fue la misión imposible de su vida: la modernidad como

la unificación de todas las tradiciones posibles (tal son los Cantos).

          El primer gran impulso modernista del poeta estadounidense fue el Imaginismo, una lectura inglesa de la poesía china, pero sobre

todo, japonesa. El Imaginismo, en su búsqueda de imágenes limpias y concretas, es la primera gran traducción del Haikú a la poesía

de occidente. El primer intento modernista de Pound es pues, la reinterpretación de una tradición milenaria,  pero ajena, y en tanto

ajena para occidente, pareció ser una novedad moderna y osada, cuando en realidad representaba la interpretación de esa tradición

lejana.

Acercando El Lejano Oriente

Por encima de todo intento crítico, Cathay es uno de los libros de poesía más bellos de la poesía en inglés del siglo XX.

La reinterpretación de Pound de la languidez, de la melancolía de la poesía china es casi auténtica, su laconismo, el tratamiento

de los temas de la poesía china ausentes en la poesía de occidente (la amistad, el lenguaje del paisaje interminable, el desierto y

las estepas, las guerras mongolas…) son tan acabados que podrían ser traducciones perfectas.

          Pero Pound hace algo mucho mejor que traducir: escribe poesía china en inglés y al hacerlo, reinventa la lengua inglesa y le

da a la poesía de occidente una cara moderna y rupturista.

          Cathay fue publicado en 1915, hace 94 años y siete años después de la publicación del primer libro de Ezra Pound. El libro

es extremadamente breve, tan sólo 19 poemas, construidos a partir de las traducciones y notas de Ernest Fenollosa, de quien

Ezra había sido nombrado albacea literario por parte de la viuda.

          Lo que Pound hizo con las notas y bosquejos de Fenollosa es un acto de osada modernidad. Trasladó (no tradujo, el castellano

nos permite este lujo sintáctico que no existe en inglés) las inacabadas traducciones de su maestro Fenollosa al inglés, creando

algunos de los poemas más musicales y estéticamente bellos de la poesía en esa lengua.

         Los 19 poemas de Cathay son el equivalente a Residencia en la Tierra, o a Cantos de Vida y Esperanza en castellano, o a

Las Flores del Mal en francés. La academia estadounidense está generalmente de acuerdo con que la influencia de Cathay, en

donde Pound alineó la sencillez y precisión de la tradición literaria inglesa con la tradición clásica de oriente percibida en Fenollosa,

es una de las más sólidas y permanentes de la poesía en lengua inglesa.Cathay desencadena el primer movimiento modernizador

en los Estados Unidos, el Imaginismo, y dispara el interés y la fascinación de los poetas y escritores de lengua inglesa en la tradición

literaria de oriente.

Pound, Y  El “Sesgo Elliot” En La Poesía Reciente

Desde Darío hasta Octavio Paz, la modernidad de la poesía en lengua española cogió su impulso del dínamo francés: de

Supervielle al surrealismo, del cubismo a Marcel Duchamp, del existencialismo a la nouvelle vague, la modernidad en lengua

castellana tuvo casi siempre como referencia a las vanguardias francesas.

          La irrupción de T.S Elliot fue sin duda un cambio sísmico en la poesía de lengua castellana. La poesía, los recursos y el

método de Elliot, por otra parte tan cercano al alma de la lengua española, tuvieron una repercusión en nuestra poesía moderna

que ha demostrado ser incluso más duradera y crucial que, por ejemplo, el surrealismo.

          Elliot fue para muchos poetas activos en los mediados del siglo pasado la puerta que condujo al vasto y deslumbrante

universo de la poesía moderna en lengua inglesa. Fue a través de Elliot que los poetas decisivos de la segunda mitad del siglo

veinte en Latinoamérica conocieron a William Carlos Williams, a Marianne Moore, a Robert Frost,  a Elizabeth Bishop, y a Archibald

MacLeish.

          La fuerza de gravedad intelectual de Elliot, explicada por la vasta importancia de su obra, lo convirtió en el cristal con el

que los poetas en lengua castellana se asomaron a la poesía en lengua inglesa, y se convirtió en el sesgo con el que la modernidad

castellana se apropió de las vanguardias literarias en esa lengua. Ese sesgo sin embargo, es equívoco, y a pesar de que en la obra

crítica de, por ejemplo, Octavio Paz, la poesía de Pound abarca un lugar menor, la centralidad de Pound en la poesía en lengua

inglesa es tan profunda, que sería necesario que los poetas jóvenes de lengua española relean al desquiciado de Saint Elizabeth,

pero esta vez, con los ojos apropiados.

           Tengo ante mí la edición definitiva de Versiones y Diversiones, un compendio preciso de la poesía de distintas tradiciones.

Paz traduce más de un libro entero de William Carlos Williams, traduce largos y varios poemas de Elizabeth Bishop, y de E. E.

Cummins, y traduce uno solo, el Canto CXVI de Pound.

            En las notas de la edición (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores), Paz agrega, respecto de Cathay: “los sinólogos han

mostrado, aquí y allá, errores de traducción pero ninguno de ellos ha podido negar el inmenso valor poético de esas versiones”.

            Aparte de esa escueta traducción y la nota al pie, Paz le dedica en El Signo y el Garabato, un ensayo de título bello, por

lo preciso: Ezra: Galimatías y Esplendor. Cierto, galimatías, ¿pero cómo podía escribir un poeta que quería, como el Aleph,

contener en un poema (los Cantos) toda la poesía del mundo?

            Entre las galimatías y el esplendor, la mayor parte de los poetas recientes optan por ver en Pound las galimatías, e ignoran

el esplendor. Existe una explicación quizá, Paz, quien llegó a fijar, incluso involuntariamente, lo que había y no había que leer, se

inclinó por ver también, más galimatías que esplendor, y quizá dejó en muchos poetas más jóvenes la imagen cacofónica del autor

de The Cantos.

          Es conocido el entusiasmo que el poeta de Rapallo despertó en por ejemplo, Salvador Novo, quien vivió una temporada en

la que no quería hablar de otra cosa. Es sabido el gusto de Eduardo Lizalde por “un tal Pound”.

            David Huerta publicó el 16 de enero de 2008 un breve ensayo sobre el centenario del primer libro de Ezra Pound, A Lume

Spento, publicado en 1908. Huerta escribía en este texto respecto de los Cantos “…esos rasgos nunca fueron tan intensos ni tan

bellos como la música verbal de Pound, su magnífico oído, el poder de evocación y la plasticidad de sus imágenes.”

           La historia de la poesía en lengua inglesa es inequívoca, y cualquier estudio de la poesía norteamericana es contundentemente

claro: la poesía de Ezra Pound es el germen de su modernidad, la vanguardia más radical, el experimento más atrevido, y en su

conjunto, uno de los poetas más importantes en lengua inglesa del siglo XX, cuya obra y propuestas siguen marcando pautas en las

fronteras actuales de la poesía en ese idioma.

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