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Nicolás entra en escena
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Cuando corre hacia mí
mi cansada osamenta responde
con un espasmo emocional. Así que
bienvenido a esta escena
donde los títeres se apalean
por razones que ignoras tanto como yo.
Pero de todos modos alcanzaré a ser
el primer fracaso de tu vida
y tu primer sospechoso. No te molestes
en desmentirlo, considera este final
como un detalle en el curso de las cosas,
un accidente que ayudará a marcharme
antes de que me pidas explicaciones
por este tumulto. Agradezco tu llegada:
quizás oculte la promesa de entender
lo que fue secreto para mí,
poeta de oscuro oído que no percibe el rumor
de un sistema coherente de realidad.
Desde mi último sillón asisto
a tus asombros. En tus ojos voraces
apuntan los titubeos prenatales
de un mundo que no me pertenece.
El mío se deshace, estupefacto
sobre los escombros de su propio centro.
Despide entonces a mi siglo con piedad.
Ahora tu oportunidad consiste
en cuidar el tuyo y tu cerebro, mientras amaneces
y mi herencia son todas tus preguntas.
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Joaquín O. Giannuzzi
Cabeza final
3/ naufragios del futuro
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