sin duda, con algunos poemas, el bueno de Vilas se está ganando mi respeto,
sobre todo por su humanidad, que no puede separarse de su poesía.
Maldita sea, puede ver con lúcida anticipación lo que les espera a sus alumnos,
sabe que no se trata de la suerte o del azar, sino que están ya sometidos
a unas durísimas condiciones implacables que describe con exactitud
y que les quitarán media vida y todo el derecho a sentirse orgullosos
de ser hombres y de ser ellos mismos.
manuel vilas
la clase de lengua
las arenas de libia
ed. huerga & fierro
madrid
1998
la clase de lengua
Abatimiento en mitad de una clase de adolescentes.
Quisiera estar en otro lugar, pero en dónde.
Rico y célebre en largos viajes por el mundo.
Tampoco ellos cumplirán sus ilusiones.
Salta a la vista: sin talento, sin inteligencia,
sin familia con posibles, sin belleza,
sórdida clase media-baja de la democracia
a quienes han prometido una educación intrascendente.
Enséñales, al menos, a querer la vida
con fuerza, con justicia, con dignidad,
con las palabras duras que a solas tú aprendiste.
Ayúdales a imaginar la ruina nada discreta
en que acabarán convertidos.
Los tristes negocios de su vida ya son un escándalo.
Diles que sólo la verdad con las palabras justas
defiende de la verdad abandonada a su sombra.
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