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Paul Celan
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Si me preguntan quién fue Celan debo decir: yo soy Celan.
Tanta es la identidad de dos que silabearon el Mundo en dos lenguas tan remotas, el alemán y el español.
Judío él, cautivo en Auschwitz donde echaron al horno a sus padres, vivió en el mismísimo plazo de mi respiro.
Cuando el 70 se arrojó al Sena pude haberlo hecho yo pero seguí aleteando en mi vuelo. Sólo vine a leerlo el 77,
por ignorancia, y sólo entonces pude verme. ¿Zeitgeist, locura? No hay campos de concentración en las estrellas.
La noche que llegué a Chile el 80 miré hacia arriba, lo vi en la fosa del amanecer.
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Sartre
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-Soy, pues, el Perro que adivina el porvenir: profetizo.
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Así vas respirando. El otro día
te iban a dar la llave y unos dólares verdes.
¡A ti, que abriste el mundo!
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Náusea: tocaste fondo. El ojo real
y el niño, el niño, el niño que mira por tu rostro.
Te disparan, te dicen tuerto de mal agüero.
¡Tantos autodidactos!
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Tantos, tantos falsarios premiables y sentables
en tantas Academias. Ni Estocolmo
ni la vejez, ni Oriente ni Occidente: ¿qué es eso
del Premio: del castigo?
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Gonzalo Rojas
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Concierto
Metamorfosis de lo mismo
Poesía completa
Visor, Madrid, 2003
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