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Siempre el adiós

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Tú llorarás a mares

tres negros días, ya pulverizada

por mi recuerdo, por mis ojos fijos

que te verán llorar detrás de las cortinas de tu alcoba,

sin inmutarse, como dos espinas,

porque la espina es la flor de la nada.

Y me estarás llorando sin saber por qué lloras,

sin saber quién se ha ido:

si eres tú, si soy yo, si el abismo es un beso.

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Todo será de golpe

como tu llanto encima de mi cara vacía.

Correrás por las calles. Me mirarás sin verme

en la espalda de todos los varones que marchan al trabajo.

Entrarás en los cines para oírme en la sombra del murmullo. Abrirás

la mampara estridente: allí estarán las mesas esperando mi risa

tan ronca como el vaso de cerveza, servido y desolado.
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Gonzalo Rojas

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Siempre el adiós

En ¿Qué se ama cuando se ama?

Metamorfosis de lo mismo (1998)

Gonzalo Rojas. Obra poética completa.

Colección Visor de Poesía 426

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