wallace stevens

 

notas para una ficción suprema

 

 

Notas para una ficción suprema es una obra poética lírica de tres partes, que contiene 10 poemas cada una. Se publicó por primera vez en 1942 y representa un intento integral de Stevens de exponer su visión del arte de escribir poesía. Stevens estudió el arte de la expresión poética en muchos de sus escritos y poemas, incluido The Necessary Angel, donde escribió:

 

La imaginación pierde vitalidad cuando deja de adherirse a lo real.
Cuando se adhiere a lo irreal e intensifica lo irreal , si bien su primer
efecto puede ser extraordinario, ese efecto es el efecto máximo que
jamás tendrá.

 

A lo largo de su carrera poética, Stevens estuvo preocupado por la cuestión de qué pensar sobre el mundo ahora que las nociones de religión ya no son suficientes. Su solución podría resumirse en la noción de una «ficción suprema», una idea que serviría para corregir y mejorar las viejas nociones de religión junto con las viejas nociones de la idea de Dios, de las que Stevens era crítico. En este ejemplo de la obra satírica «Una anciana cristiana de tono alto», Stevens juega con las nociones de realidad inmediatamente accesibles, pero en última instancia insatisfactorias:

 

La poesía es la ficción suprema, señora.
Toma la ley moral y haz de ella una nave.
Y desde la nave construye el cielo encantado. De este modo,
La conciencia se convierte en palmas.
Como cisternas ventosas, anhelando himnos.
Estamos de acuerdo en principio. Eso está claro. pero toma
La ley contraria y hacer un peristilo,
Y desde el peristilo proyecta una máscara.
Más allá de los planetas. Así, nuestra obscenidad,
No purgado por el epitafio, finalmente complacido,
Se convierte igualmente en palmas,
Garabateando como saxofones. Y palma por palma,
Señora, estamos donde empezamos.

 

[Poetry is the supreme Fiction, madame.
Take the moral law and make a nave of it
And from the nave build haunted heaven. Thus,
The conscience is converted into palms
Like windy citherns, hankering for hymns.
We agree in principle. That’s clear. But take
The opposing law and make a peristyle,
And from the peristyle project a masque
Beyond the planets. Thus, our bawdiness,
Unpurged by epitaph, indulged at last,
Is equally converted into palms,
Squiggling like saxophones. And palm for palm,
Madame, we are where we began.]

 

Los saxofones garabatean porque, como dice J. Hillis Miller de Stevens en su libro Poets of Reality, el tema de la fluctuación universal es un tema constante en toda la poesía de Stevens: «Muchos de los poemas de Stevens muestran un objeto o grupo de objetos en oscilación sin rumbo o movimiento circular.» Al final, la realidad permanece.

La ficción suprema es esa conceptualización de la realidad que parece resonar en su rectitud, hasta el punto de que parece haber capturado, aunque sólo sea por un momento, algo actual y real.

 

Soy el ángel de la realidad,
Visto por un momento de pie en la puerta.

Sin embargo, soy el ángel necesario de la tierra,
Ya que a mis ojos vuelves a ver la tierra,

Liberado de su conjunto rígido y obstinado, encerrado por el hombre,
Y en mi oído se oye su trágico zumbido.

Sube líquidamente en líquidos persistentes,
Como palabras acuosas inundadas;

Una figura medio vista, o vista por un momento, un hombre
De la mente, una aparición vestida de

Prendas de aspecto tan ligero que un giro
¿De mi hombro y rápidamente, demasiado rápido, me voy?

 

[I am the angel of reality,
seen for a moment standing in the door.

Yet I am the necessary angel of earth,
Since, in my sight, you see the earth again,

Cleared of its stiff and stubborn, man-locked set,
And, in my hearing, you hear its tragic drone

Rise liquidly in liquid lingerings,
Like watery words awash;

A figure half seen, or seen for a moment, a man
Of the mind, an apparition appareled in

Apparels of such lightest look that a turn
Of my shoulder and quickly, too quickly, I am gone?]

 

En uno de sus últimos poemas, «Soliloquio final del amante interior», Stevens describe la experiencia de una idea que satisface la imaginación y escribe: «El mundo imaginado es el bien supremo». Stevens sitúa este pensamiento en la mente humana individual y escribe sobre su compatibilidad con su propia interpretación poética de Dios, escribiendo: «Dentro de su límite vital, en la mente,/ Decimos que Dios y la imaginación son uno…/ ¡Cuán alto es eso! La vela más alta ilumina la oscuridad.»

 

 

notas para una ficción suprema

 

Notes toward a Supreme Fiction
Wallace Stevens
1942 Traducción: Javier Marías

 

Nota previa del traductor, Javier Marías

 

En su poema «A High-Toned Old Christian Woman», perteneciente a su primer libro, Harmonium (1923), Wallace Stevens comenzó así:

 

Poetry is the supreme fiction, madame.

La poesía es la ficción suprema, señora.

 

La verdad es, sin embargo, que los críticos todavía no se han puesto enteramente de acuerdo acerca de si la Ficción Suprema del presente poema es la poesía, como parece indicar el mencionado antecedente, o bien el poeta en el momento de crear su texto —el yo poético que poetiza la realidad por medio de su imaginación—.
Esta falta de acuerdo no es de extrañar, dada la frecuente opacidad de la poesía de Stevens y de este poema en particular: hay numerosos pasajes de «Notes toward a Supreme Fiction» que se han visto sometidos a las más variadas y arbitrarias interpretaciones.

Y no en balde el propio Stevens puso la palabra «Notas» en el título de su poema. En una carta de 1943 escribió:

 

Debo decir que no he definido una ficción suprema… […] En principio parece haber ciertas características
de una ficción suprema y las «Notas» se limitan a expresar unas pocas de esas características.
Tal y como veo el tema, podría ocupar a toda una escuela de rabinos durante las próximas generaciones.

 

Y en otra carta, de 1954, dijo:

 

Que la obra de un hombre quede indefinida es a menudo algo intencionado.
Por ejemplo, al proyectar una ficción suprema, no puedo imaginar nada más fatal
que expresarla de manera definida y sin precauciones… Se trata de poesía,
no de filosofía. Lo último que querría hacer sería formular un sistema.

 

 

Sin embargo en lo que sí parecen estar de acuerdo todos los críticos de Stevens, «el maestro del verso exquisito», es en que

 

Notas para una Ficción Suprema es el poema más importante de toda
su obra, la columna vertebral y el momento crucial de su poesía, su obra maestra.

 

 

De ahí el interés de contar con una traducción española. Ahora bien, ¿cómo traducir esa opacidad, cómo interpretar los numerosísimos versos ambiguos e interpretables?
El traductor es sin duda un intérprete, pero muy distinto del crítico literario.
Digamos que está a mitad de camino entre éste y el poeta, y lo que lo aproxima al segundo le permite algo que al primero le está vedado: no explicar.
A la opacidad puede responder con opacidad, a la ambigüedad con ambigüedad, a la oscuridad con oscuridad.
Evidentemente, lo que aquí se ofrece es mi versión de «Notes toward a Supreme Fiction», lo cual no quiere decir, como podría pensarse tras esta declaración, que me haya permitido libertades amparándome en ese vocablo tan dudoso, «versión», sino que se trata del poema de Stevens tal y como yo lo entiendo.

De lo que puede tener seguridad el lector es precisamente de que lo que dice el texto de Stevens lo dice también mi texto, y, por lo tanto, también lo dice casi igual que como lo dice Stevens.

Respecto a ese casi, más vale dejarlo en paz, pues en él reside el misterio de la traducción, el del posible paso de una lengua a otra. Con todo, algunos dobles sentidos o ambigüedades extremas del poema —los que no permiten que el traductor no explique sin por ello cometer una infidelidad— van comentados en las notas, al final.
En estas notas he incluido asimismo algunos extractos de cartas del propio Stevens, en los que hace observaciones de interés acerca de algunos pasajes del texto.
A fin de no interrumpir la lectura del poema las notas van al final y su numeración corresponde a los cantos (números romanos) y versos (números árabes) dentro de cada canto.
«Notes toward a Supreme Fiction» se publicó, en una edición limitada,
en 1942, y posteriormente fue incluido, como cierre del libro, en Transports to Summer (1947).
Stevens consideró que dicha inclusión hacía de Transports to Summer su libro más importante.
Las ediciones utilizadas para esta traducción son las siguientes: Wallace Stevens, The Collected Poems (Nueva York, 1982), y Wallace Stevens, Selected Poems (Londres, 1980).

 

Javier Marías

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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