amor místico

 

Yo, que perdí un millon trescientos veintisiete besos
y cuatrocientos cincuenta y dos mil abrazos en un lance,
afirmo que la piel está sobrevalorada.
Que los cinco sentidos entorpecen el sentir
y enturbian el sentido profundo del misterio amatorio.
Afirmo que el amor puede ser sin que se toque.
Yo tengo un amante virtual.
Nos conocemos como Teresa de Jesús a Jesús
y Juan de la Cruz a la Cruz.
Como Juan y Teresa en el rostro de dios nos miramos.
Nada nos oculta:
ni el vis a vis, ni el frente al frente ni el cara a cara.
Tengo un amante en el cielo,
un muñeco de Matrix, un hombre de las estrellas.
Tengo un amante en la nube,
una pasión de algodón, de nimbo, de cirro, de estrato,
un amor de azúcar de feria.
En la boca del misticismo, tengo un amor elevado.
A golpe de clic, enciende, ilumina y lleva
mi corazón táctil de quinientos mega pixeles
hasta el éxtasis.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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