Aquesta selecció de poemes d’Antonio Gamoneda
es publica el 14 de desembre de 2015 amb motiu
del recital del poeta dins el cicle Dilluns de poesia
a l’Arts Santa Mònica, Barcelona
Esta selección de poemas de Antonio Gamoneda
se publica el 14 de diciembre de 2015 con motivo
del recital del poeta dentro del ciclo Lunes de poesía
en l’Arts Santa Mònica, Barcelona
poética
antonio gamoneda
La poesía se escribe en la perspectiva de la muerte, lo
quiera o no el poeta. En modo más preciso: vivir es un
accidente; extraño, incomprensible, pero sucede. Su
único sentido, si alguno tiene, consiste en ir de una
inexistencia a otra inexistencia. En modo universal, la
poesía, sabiéndolo o no el poeta, es testimonio de esta
extrañeza. Tal testimonio procede del pensamiento
impensado (subyacente), rescatado por un impulso
rítmico, connatural en la especie humana, que genera
y revela las “primeras palabras” y determina su con-
sistencia estética. Supongo que mi poesía se atiene a
estas premisas.
[De Descripción de la mentira]
En este país, en este tiempo cuya pesadumbre se di-
buja en lápiz de mercurio,
voy a extender mis brazos y penetrar la hierba,
voy a deslizarme en la espesura del acebo para que tú
me adviertas, para que me convoques en la hume-
dad de tus axilas.
Aún hay luz sobre las ramas abatidas y mi valor se des-
cubre en sílabas en la que tú y los rostros actuáis
como gránulos silvestres,
como espermas excitadas hasta penetrar en la bujía
del sonido,
hasta sumergir mi cuerpo en aguas que no palpitan,
hasta cubrir mi rostro con las pomadas de la majestad.
No es una glorificación, no es que la púrpura haya caído
sobre mis huesos;
es más hermoso y antiguo: alentar sobre el vinagre
hasta volverlo azul, adelantar un cuchillo y retirarlo
húmedo de una exudación que dignifica al esgrimidor.
Agradezco la pobreza para que la pobreza no me mal-
diga y me conceda anillos que me distingan de cuando
fui puro y legislaba en la negación.
Huelo los testimonios de cuanto es sucio sobre la tierra
y no me reconcilio pero amo lo que ha quedado de
nosotros.
Estoy viejo de mí mismo pero hay estigmas. Han lle-
gado los visitantes. Hay hormigas debajo de las llagas.
Siento la fertilidad que se refugia en la ira de mis ca-
bellos y oigo el deslizamiento de las especies que nos
han abandonado.
He cesado en la compasión porque la compasión me
entregaba a príncipes cuyas medallas se hundían
en el corazón de mis hijas.
Yo haré con los príncipes una destilación que será no-
civa para ellos pero excitante y dulce en la población
como lo es el zumo reservado en vasijas muy oscuras.
No recurriré a la verdad porque la verdad ha dicho no
y ha puesto ácidos en mi cuerpo.
¿Qué verdad existe en el vientre de las palomas?
¿La verdad está en la lengua o en el espacio de los
espejos?
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