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El Hombre y el mar

Hombre libre, ¡tú siempre preferirás la mar!

es tu espejo la mar; y contemplas tu alma

en el vaivén sin fin de su lámina inmensa,

y tu espíritu no es menos amargo abismo.

Y gozas sumergiéndote al fondo de tu imagen;

tus miembros la acarician y hasta tu corazón

se olvida por momentos de su propio rumor

ante el hondo quejido indomable y salvaje.

Ambos sois tenebrosos a la vez que discretos:

Hombre, nadie ha explorado tus abísmales fondos,

¡oh mar, nadie conoce tus íntimas riquezas,

Tanto guardáis, celosos, vuestros propios secretos!

Y entretanto han pasado innumerables siglos

desde que os combatís sin tregua ni piedad,

hasta tal punto amáis la muerte y la matanza

¡oh eternos gladiadores, oh implacables hermanos!

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L’Homme et la mer

Homme libre, toujours tu chériras la mer!

La mer est ton miroir; tu contemples ton âme

Dans le déroulement infini de sa lame,

Et ton esprit n’est pas un gouffre moins amer.

Tu te plais à plonger au sein de ton image;

Tu l’embrasses des yeux et des bras, et ton coeur

Se distrait quelquefois de sa propre rumeur

Au bruit de cette plainte indomptable et sauvage.

Vous êtes tous les deux ténébreux et discrets:

Homme, nul n’a sondé le fond de tes abîmes;

Ô mer, nul ne connaît tes richesses intimes,

Tant vous êtes jaloux de garder vos secrets!

Et cependant voilà des siècles innombrables

Que vous vous combattez sans pitié ni remords,

Tellement vous aimez le carnage et la mort,

Ô lutteurs éternels, ô frères implacables!

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Les fleurs du mal

édition de 1861

Charles Baudelaire

une édition illustrée par inkwatercolor.com

 

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