blanca andreu

 

 

poética

 

 

 

I

 

 

Una poética es una declaración de intenciones.

Lo único, por tanto, que puedo decir, es lo que quise hacer cuando escribí los libros que he publicado

y lo que intento en la actualidad. El otro día un arquitecto me preguntó:

—Vamos a ver, exactamente, tú ¿qué haces?

La respuesta espontánea fue:

-Pues… imagínate una destilería.

En parte, es una definición justa. Vino o perfume, e incluso lágrimas.

El mal poeta es el que «fabrica» con un viejo alambique en la bañera de su casa,

con alcohol metílico.

El bueno el que, con toda humildad, busca lo mejor para su alquimia.

El grande, el maestro, es aquel que consigue hacer «Un vino que no turbia ni embriaga nacido de una

fuente llamada Zelzebil (o de la Sabiduría)».

 

Un ejemplo a la mano: las odas de Pablo Neruda.

Son a la vez sencillas y ricas en imágenes originales, limpias y puras. Solamente sirven para contemplar

la belleza de forma mental, que es para lo que en realidad está destinada la poesía, al tratarse

de un arte espiritual y no sensorial.

 

 

 

II

 

 

Un día —que la escritura de Platón ha hecho hermoso y duradero— estaba Sócrates, como de costumbre,

con sus discípulos cuando sintió un repentino frío.

 

Quizá algo expuesto en los argumentos del joven que discurseaba sobre el amor lo atenazó y lo hizo temblar,

de modo que se cubrió hasta la cabeza con una manta. Arrebujado en ella, comenzó a responderle con lo

que sabía.

 

De pronto, cuenta Platón, movido por un extraño impulso, descubrió su cabeza. Y justo en ese momento

«Le arrebataron las musas». Entonces, en vez de hablar extrayendo mayeúticamente los conocimientos

de la reflexión y el razonamiento, comenzó a poetizar, es decir, a contar lo que no sabía.

Empezó a hablar del alma corno de un carruaje arrastrado por dos caballos, uno blanco y otro negro y era tal

la inspiración de ese arrebato que, exaltado, veía la metáfora.

Y de lo que aquella imagen daba noticias era de nosotros mismos.

 

La poesía es eso, una noticia que parece imponerse por su belleza, por su rareza, pero que en realidad lo hace

porque de quien habla es de nosotros, de una parte oculta, regida por lo trascendente, que nos pertenece.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

antología consultada de la poesía española

el último tercio del siglo

1968-1998

volumen CCCC
de la colección visor de poesía
visor
madrid
1998

 

 

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