dario fo

 

misterio bufo y otras comedias

 

 

juglaría popular

 

 

 

La Academia concedió en 1997 el Premio Nobel de Literatura a Dario Fo «por mofarse del poder y restaurar la dignidad de los oprimidos en la más pura tradición de la juglaría medieval». Misterio bufo, la obra más famosa de Dario Fo, es el texto más significativo de su investigación sobre las raíces del teatro popular.

 

Las piezas que lo componen retoman, en clave grotesca, las representaciones sacras en las que la figura del bufón sirve a Fo para exponer la podredumbre o corrupción moral en la que vivía el clero durante el papado de Bonifacio VIII, o bien para parodiar la resurrección de Lázaro o el milagro de las bodas de Caná, que se convierten aquí en metáforas de nuestra realidad actual.

 

Los pintores no tienen recuerdos, No hay ladrón que por bien no venga, El hombre desnudo y el hombre de frac, Los muertos se facturan y las mujeres se desnudan y A donde el corazón se inclina, el pie camina

 

son farsas escritas en la década de los cincuenta del siglo pasado, al comienzo de la carrera de Fo, y con las cuales el entonces actor cómico se impuso como dramaturgo, director e intérprete de sus obras en la compañía que fundó con su mujer Franca Rame.

 

Partiendo de la tradición francesa de comedia y de vodevil, basada en equívocos y gags, Dario Fo introduce su personal bagaje, extraído de la comedia popular italiana, creando un nuevo género de farsa surrealista llena de personajes delirantes.

 

 

 

 

 

 

Título original: Mistero buffo, Chi ruba un piede è fortunato in amore, Gli imbianchini non hanno ricordi, Non tutti i ladri vengono per nuocere, Un morto da vendere, I cadaveri si spediscono e le donne si spogliano, L’uomo nudo e l’uomo in frac

 

dario fo, 1997
traducción: carla matteini

 

 

 

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Escrito en su primera versión en 1969, continuamente representado y modificado en función de la respuesta del público, Misterio bufo está considerado de forma unánime como el buque insignia de la flota textual de Dario Fo.

 

Flota pacífica y alegre, compuesta por más de sesenta barcos de navegación ligera, pero que ante la amenaza de cualquier galerna se convierte rápidamente en una formación de guerra, cañones dispuestos y puntería excepcional.

 

Misterio bufo es, junto con Muerte accidental de un anarquista, el texto de Fo más representado prácticamente en todos los países y lenguas del mundo, y a la vez, el más odiado y combatido desde las altas instancias vaticanas.

 

 

Si de alguna manera el Nobel le ha sido concedido a Fo en 1997 por su investigación en el campo de la juglaría, de la sacra representación medieval, es decir, por cuanto Misterio bufo recoge y compendia más de veinte años de trabajo, no es menos cierto que la continua crítica al poder temporal de la iglesia, —arma ya utilizada y pulida por los juglares medievales, pero que Fo contextualiza en las presentaciones de cada pieza—, no ha podido herir con más puntería los flancos más débiles del Vaticano.

 

Aunque él lo explica muy bien en su introducción, conviene insistir en la dualidad que vertebra el esqueleto de la obra: la oposición, históricamente antagónica y problemática, entre la iglesia humilde, evangélica, juzgada a través de los siglos como herética, desde los cátaros y patarinos hasta la actual teología de la liberación, y todo el complejo entramado político, económico y administrativo que configura el poder temporal de la iglesia católica, encarnado en la de Roma.

 

En este sentido debe considerarse Misterio bufo como un texto político, de los más claros y afilados, y también punto de inflexión entre las décadas de los cincuenta y sesenta, años de comedias brillantes y apariciones televisivas, y el camino de teatro de denuncia que Fo emprende en los turbios años setenta italianos.

 

Quería sentar esta premisa para dejar claro que no es este, en absoluto, un texto «blanco», situable al margen de la línea dramatúrgica de las otras obras de Fo, ya desde sus primeras escrituras, y sobre todo en el proceso seguido después, a lo largo de más de veinte años de continuas representaciones.

 

 

Es el texto que Fo ha paseado personalmente por todo el mundo, que tiene siempre en repertorio, que más vídeos ha vendido y que ha dado a conocer su imagen y su pericia escénica.

 

Mucho más que el Loco de Muerte accidental de un anarquista, mucho más que el Colón de Isabela, tres carabelas y un charlatán, mucho más que el obrero legalista de Aquí no paga nadie, la figura de Fo que todos conocen y recuerdan es su juglar contemporáneo del Misterio bufo, jersey de cuello alto y pantalón negros, micrófono, luces y nada más.

 

Nada más ni nada menos que su talento, su voz y su gestualidad portentosa, para evocar y revivir en escena a borrachos y obispos, juglares y papas, a todo el coro del cementerio en La resurrección de Lázaro.[/ezcol_2third] [ezcol_1third_end]    [/ezcol_1third_end]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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