‘en algunos lugares a los que nunca he viajado, agradecido más allá’
por E. E. Cummings
en algunos lugares a los que nunca he viajado, agradecido más allá
de cualquier experiencia, tus ojos poseen su silencio:
en tu más frágil ademán hay cosas que me envuelven,
o que no puedo tocar porque están demasiado cerca
tu más ligera mirada de manera sencilla me liberará
aunque yo me haya cerrado como los dedos,
pues abres siempre pétalo a pétalo mi ser como la primavera lo hace
(tocando con destreza y misteriosamente) su primera rosa
o si tu deseo es cerrarme, mi existencia
y yo se cerrarán hermosamente del todo, de repente,
como cuando el corazón de esta flor imagine
la nieve descendiendo cuidadosamente por doquier;
nada de lo que hemos de percibir en este mundo iguala
al poder de tu intensa fragilidad: cuya textura
me obliga con el color de sus tierras
a interpretar la muerte y la eternidad en cada respiración
(no sé qué es lo que en ti se cierra
y se abre; sólo algo en mí comprende
que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas)
nadie, ni siquiera la lluvia, tiene manos tan pequeñas.
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