Cantares completos

TOMO I

Cantares I-LI

Edición bilingüe de Javier Coy

Traducción de José Vázquez Amaral

Apéndice bibliográfico de Archie Henderson

Titulo original de la obra:

The Cantos

Ediciones Cátedra, S. A.

1994   Madrid

[ezcol_1half]      

XXXVI

Una dama me pide 493

Que hable en buena sazón

Busca la razón de un afecto, loco a veces

Que está tan orgulloso de tener Amor por nombre

Que niega poder oir la verdad ahora

Por lo cual hablo a los conocedores actuales

Sin esperar que los timoratos

Puedan dar ojos a tal razón

No habiendo natural demostración

No tengo inclinación de tratar de traer pruebas

Ni de decir do nace

Cual sea su virtud y fuerza

Su ser y todo movimiento

O deleite por lo cual se llama «amar»

O si un mortal pueda mostrarlo a la vista.

Donde mora la memoria,

toma su estado

Formado como una diafanidad de la luz sobre la sombra

La cual viene de Marte y permanece

Creada, teniendo nombre sensorial,

Costumbre del alma,

voluntad del corazón;

Viene de una forma vista la cual comprendida

Toma lugar y permaneciendo en el intelecto posible

Donde no tiene ni peso ni quietud,

No desciende por cualidad sino que brilla

Él mismo su propio efecto sin fin

No en el deleite sino en el darse cuenta

Ni tampoco puede dejar su verdadera semejanza en otra

parte.

Él no es vertu sino que procede de esa perfección

Que así se postula no por la razón

Sino que se siente, digo.

Mas allá de la salvación, mantiene su fuerza justiciera

Estimando que la intención es par y compañera de la

razón,

Pobre en discernimiento, siendo entonces amiga de la

flaqueza

A menudo su fuerza llega a la muerte al fin,

Tengase

y así en contrapeso pendular.

No que fuese natural contraria, sino solo

Un tanto desviada de lo perfecto,

Que nadie diga que amor procede del azar

O que no ha establecido regimiento

Manteniendo su poder aunque

la memoria ya no le detenga.

Llega a ser

cuando voluntad

Por demasía

Sálese de la natural medida,

Jamás adornado con descanso muévese mudando la color

Ya sea para reír o llorar

Contorsionando la cara de temor

descansa solo poco

Sin embargo sabréis de el que más a menudo

Acompaña a los que le merecen

Y su rara cualidad pone al suspiro en movimiento

Haciendo que los hombres observen esa formada traza en

sus mentes

Y con el desasosiego que despierta la llama.

Los bisoños no pueden formar su imagen,

Él mismo no se mueve, atrayéndolo todo a su quietud,

Tampoco se vuelve en busca de su deleite

Ni tampoco en busca de probanza

Ni grande ni pequeña.

Deriva semejanza y color de naturaleza semejante

De tal modo asegurando el placer en la apariencia

Ni escondido en tal cercanía permanecer puede,

Saetas de la belleza son mas no groseras y

Aleccionados contra tal temor los hombres siguen

Al espíritu merecedor dejándose por él asaetear.

Tampoco es conocido por su cara

Sino que se conoce de la blanca luz que es lo todo

Penetra su intención

Quien escucha, sin ver la forma

Guiándose por su emanación.

Siendo de naturaleza dividida, externo a la color,

Suelto entre la oscuridad

Rosa la luz, moviéndose uno por el otro,

Siendo de naturaleza dividida, separado de toda

falsedad

Digno de confianza

Solo de él procede la misericordia.

Id, canto, seguramente podéis ir

A donde os plazca

Pues sois tan adornado que vuestras razones

Han de celebrarse por vuestros entendedores,

Ya que con los demás no queréis acompañaros.

«Sedicentes tronos, balascio o topacio» 494

Erígena no fue comprendido en su tiempo

«lo cual quizás explique la tardanza en condenarle»

Y siguieron buscando maniqueos

Y no encontraron, que yo sepa, maniqueos

De modo que desenterraron y condenaron a Escoto

Erígena  495

«La autoridad procede de la buena razón,

nunca al contrario»

De ahí la tardanza en condenarle

Aquino de cabeza en un vacío,

Aristóteles, ¿cómo en el vacío?

Sacrum, sacrum, inluminatio coitu  496.

Lo Sordels si fo di Mantovana

de un Castillo llamado Goito.

«¡Cinco castillos!

»¡Cinco castillos!»

(el rey le dio cinco castillos)

«¡Y ¿que diablos se de tintorería?!»

Su Santidad ha escrito una carta:

«CARLOS el Sarnoso de Anjou…

…la forma en que tratáis a vuestros hombres es un

escándalo… 497

Dilectis miles familiaris… castra Montis Odorisii

Montis Sancti Silvestri pallete et pile…

In partibus Thetis… tierra de la vid

tierra cultivada

la tierra inculta

pratis nemoribus pascuis

con jurisdicción legal

sus herederos de ambos sexos,

…vendieron la condenada cosa seis semanas después,

Sordellus de Godio.

Quan ben m’albir e mon ric pensamen  498.

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XXXVI

A lady asks me

I speak in season

She seeks reason for an affect, wild often

That is so proud he hath Love for a name

Who denys it can hear the truth now

Wherefore I speak to the present knowers

Having no hope that low-hearted

Can bring sight to such reason

Be there not natural demonstration

I have no will to try proof-bringing

Or say where it hath birth

What is its virtu and power

Its being and every moving

Or delight whereby ‘tis called «to love»

Or if man can show it to sight.

Where memory liveth,

it takes its state

Formed like a diafan from light on shade

Which shadow cometh of Mars and remaineth

Created, having a name sensate,

Custom of the soul,

will from the heart;

Cometh from a seen form which being understood

Taketh locus and remaining in the intellect possible

Wherein hath he neither weight nor still-standing,

Descendeth not by quality but shineth out

Himself his own effect unendingly

Not in delight but in the being aware

Nor can he leave his true likeness otherwhere.

He is not vertu but cometh of that perfection

Which is so postulate not by the reason

But ‘tis felt, I say.

Beyond salvation, holdeth his judging force

Deeming intention to be reason’s peer and mate,

Poor in discernment, being thus weakness’ friend

Often his power cometh on death in the end,

Be it withstayed

and so swinging counterweight.

Not that it were natural opposite, but only

Wry’d a bit from the perfect,

Let no man say love cometh from chance

Or hath not established lordship

Holding his power even though

Memory hath him no more.

Cometh he to be

when the will

From overplus

Twisteth out of natural measure,

Never adorned with rest Moveth he changing colour

Either to laugh or weep

Contorting the face with fear

resteth but a little

Yet shall ye see of him That he is most often

With folk who deserve him

And his strange quality sets sighs to move

Willing man look into that formed trace in his mind

And with such uneasiness as rouseth the flame.

Unskilled can not form his image,

He himself moveth not, drawing all to his stillness,

Neither turneth about to seek his delight

Nor yet to seek out proving

Be it so great or so small.

He draweth likeness and hue from like nature

So making pleasure more certain in seeming

Nor can stand hid in such nearness,

Beautys be darts tho’ not savage

Skilled from such fear a man follows

Deserving spirit, that pierceth.

Nor is he known from his face

But taken in the white light that is allness

Toucheth his aim

Who heareth, seeth not form

But is led by its emanation.

Being divided, set out from colour,

Disjunct in mid darkness

Grazeth the light, one moving by other,

Being divided, divided from all falsity

Worthy of trust

From him alone mercy proceedeth.

Go, song, surely thou mayest

Whither it please thee

For so art thou ornate that thy reasons

Shall be praised from thy understanders,

With others hast thou no will to make company.

«Called thrones, balascio or topaze»

Eriugina was not understood in his time

«which explains, perhaps, the delay in condemning him»

And they went looking for Manicheans

And found, so far as I can make out, no Manicheans

So they dug for, and damned Scotus Eriugina

((Authority comes from right reason,

never the other way on»

Hence the delay in condemning him

Aquinas head down in a vacuum,

Aristotle which way in a vacuum?

Sacrum, sacrum, inluminatio coitu.

Lo Sordels si fo di Mantovana

of a castle named Goito.

«Five castles!

»Five castles!»

(king giv’ him five castles)

«And what the hell do I know about dye-works?!»

His Holiness has written a letter:

«CHARLES the Mangy of Anjou…

…way you treat your men is a scandal…»

Dilectis miles familiaris…castra Montis Odorisii

Montis Sancti Silvestri pallete et pile…

In partibus Thetis… vineland

land tilled

the land incult

pratis nemoribus pascuis

with legal jurisdiction

his heirs of both sexes,

…sold the damn lot six weeks later,

Sordellus de Godio.

Quan ben m’albir e mon ric pensamen.

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Notas

493 «Una dama me pide»: «Donna me prega», una cancion de Cavalcanti

que Pound traduce completa, variando y mejorando substancialmente

aqui la primera version de 1910, que se incluye en sus Translations,

pags. 132-140.

494  Los tronos de que habla aquí Pound forman parte de las categorías

angélicas, clasificadas según la tradición cristiana en diferentes jerarquías:

ángeles, arcángeles, principados, dominaciones, virtudes, potestades,

serafines, querubines y tronos. En la Divina Comedia, Dante sitúa a

los Tronos en el séptimo circulo del Paraíso y dice que brillan como el

rubí («balascio», utiliza aquí Vazquez Amaral) y el topacio.

495 Los maniqueos son los seguidores de Mani o Manes (216-f. 274),

cuya herejía, el maniqueísmo, se basa en la coexistencia de dos principios

opuestos: el bien y el mal. Deriva en parte de las doctrinas de Zoroastro.

496 «Sacrum, sacrum, inluminatio coitu»: «Santo, santo, iluminacion

en el coito.» Erígena consideraba el sexo como parte del misterio revelado.

497  En 1265 Carlos de Anjou intenta apoderarse de territorios en Italia

y Sordel le sigue a su servicio. En Novara el trovador fue encarcelado

por deudas, al parecer, pues el papa Clemente IV reprocha a Carlos en

una carta de septiembre de 1266 su poca generosidad con los que le sirven.

En 1269 Carlos de Anjou, «en agradecimiento a los servicios que le

ha prestado Sordel, le concede varios castillos en los Abruzzos, feudos

que suponen una considerable renta» (Martin de Riquer, pag. 1457). Al

parecer, también recibió más tarde un pueblo cuyo principal medio de

vida era el teñido de telas; de ahí su exclamación en el sentido de que él

no sabía nada de tintorerías.

498  «Dilectis … in partibus Thetis»: «Muy amado y caro soldado …

los castillos del Monte Odorisii / del Monte de San Silvestre con los de

Pagliete y Pila … / en la region de Thetis.» Thetis es una zona de los

Abruzzos.

«pratis nemoribus pascuis»: «prados, bosques y tierras de pastos».

«Quan ben m’albir e mon ric pensamen»: «cuando pienso a fondo en

mi rico pensamiento». De un poema de Sordel.


 

 

 

 

 

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