Hazte cargo de esa voz que en ti,

como la sombra de un ausente que acompaña,

reclama ya lo suyo.

Súmala a la deshecha costumbre de tus vacíos y esperanzas,

concédele al menos un instante de reposo y memoria,

acógela.

 

Es tu voz más antigua,

el golpe del viento sobre las claridades de un primer día,

la palabra olvidada a causa de toda desdicha.

 

Que ella, como un mal amor, gobierne tu vida.

 

Déjala que hable y calla.

 

Su hora pide ya una forma a la luna y sus fantasmas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Elkin Restrepo

de ABSORTO ESCUCHANDO EL CERCANO CANTO DE SIRENAS

Elkin Restrepo Gallego, 1985

Ediciones Autores Colombianos


 

 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir