isabel bono

 

 

maomegean

 

 

 

 

ediciones del 4 de agosto
logroño
2010

 

 

.

 

 

[ezcol_1half] 
veinticuatro tiradores en la cocina
dieciocho figuras entre los dos cuadros del pasillo
a veces veinte
once fotos enmarcadas
diez varillas por respaldo
veintisiete botones en el mando a distancia
doce macetas bajo la lluvia
tres a cubierto
cinco dedos en cada mano
a veces seis

los barrotes de la baranda no los cuento
porque ya sé que son quince, dice

 

 

 

hay pájaros en el tejado del cuartel
hay pájaros en la torre de la iglesia
hay pájaros muertos en mi cabeza

 

 

hay gatos en el solar abandonado
hay gatos bajo los coches
hay gatos locos bajo mi pecho

 

 

hay sueños que se cumplen
hay sueños que no se cumplen
hay sueños que no he contado a nadie

 

 

hay palabras huecas
hay palabras como alfileres
hay palabras que nunca pronunciaré

 

 

hay dolor y más dolor

 

 

 

 

vendrán tiempos peores
cuando esta vejez
sea la mía

 

 

 

 

 

quiero que todo explote
que las almohadas exploten
que las manzanas del frutero exploten
que las cruces verdes de las farmacias exploten
que los escaparates exploten
que los charcos exploten
que los buzones de correos exploten
que las semillas de los eucaliptos exploten
que los cactus exploten
que las nubes exploten
que las estrellas exploten
que mi corazón explote

 

quiero que todo, lo bonito y lo feo, explote

 

que en mi casa en las calles en el cielo
y hasta en las más bellas habitaciones de hotel
todo explote

 

 

[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]

cuando dormir no ayuda
cuando soñar no ayuda
cuando despertar no ayuda
cuando el agua caliente no ayuda
cuando el café con leche no ayuda
cuando el omeprazol no ayuda
cuando la cerveza no ayuda
cuando meter los pies en el mar no ayuda
cuando el amor no ayuda
cuando la luz de flexo no ayuda
cuando escribir no ayuda
cuando desear no despertar no ayuda

 

 

 

 

paredes rosas armario celeste
camas gemelas lámpara de bronce
espejo redondo cuadro cuadrado
alcayatas desnudas estantería vacía
cajones vacíos pulmones vacíos

ni una mota de polvo
ni un atisbo de vida

preferiría seguir así
no acompañarme de libros ni de recuerdos
ni la foto de sam
ni giacometti bajo la lluvia
ni reloj ni zapatillas

sin querer
este cuarto se ha ido llenando
con mi respiración

 

 

 

las cosas que me rodean
no me pertenecen,
sólo el aire que respiro

 

y el zumbido de esas moscas en el cristal
que no acaban de aparearse

 

 

 

llevo una piedra en el coche
llevo una piedra en el bolsillo
llevo una piedra en el puño
levo una piedra en el estómago
llevo una piedra en el corazón

 

estoy preparada
para cualquier catástrofe.

[/ezcol_1half_end]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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