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Pero qué melodramática
se desprendió de la sombra menguante,
versión ambigua
de un hueso revestido y mal resuelto
en el espejo. Esta cabeza calva
de la noche arrancada como un diente
gira sobre sí misma y canta, anestesiando
la certeza de su finitud.
Entonces crea
una autonomía, una respuesta propia
al clamor del cerebro donde actúa
un obrero terrible
ávido de oxígeno y universo continuo.
Qué propicia la melodía
contra la indignidad del naciente día manchado:
ahora que esta cabeza, carne
del error mutilada, pule su arte menor
en una recurrente liturgia personal.
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liturgia al amanecer
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joaquín orlando giannuzzi
poesía completa
editorial sibilina
sevilla 2009
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