john ashbery
un país mundano
FILIGRANE
“Estoy hasta arriba de agua, y ahora
se le sueltan más radios a la rueda.
Consígueme a un corrector de estilo o algo bien fuerte
para beber, si no te importa. Nuestros recursos llevan retenidos
una generación, y es éste el resultado.
Como de costumbre, la región, un ‘área sensible’,
está siendo evacuada. Nadie sabe cuánto
puede aguantarles el punto de apoyo”.
Nuestro representante se pondrá en contacto contigo,
pero mientras tanto es importante no moverse
ni revelar de ningún modo tu paradero a quien escuche
entre los enemigos. Su sentido espacial es amplio,
pero no infinito. El control de espejismos ha cerrado las fronteras
con luz y la infinita falta de confianza que la luz genera.
Puedes confesar tus pecados a tu madre,
pero no a tus tías y tíos: uno temería
el resultado cauterizado y, en este feo universo afincado
en un acantilado, se arriesgaría a toparse otra vez con la pregunta
en un tono menor con demasiados sostenidos.
Por favor, ¿probaría alguien a llamar al servicio de reparto
y a descargar las lágrimas en la dirección correcta?
Está en la Quinta Oeste, no Sudoeste. Un muñeco de nieve
te indicará la escalerilla. Sigue engatusando
un ratito más.
Pero me han hecho preguntas tontas antes. Ahora no es el
momento de hacer equilibrios, ni de preguntar a qué santo
rezar, dado que son todos iguales,
o sea, santos. En la última desconcertante formulación.
FILIGRANE
“I’ve had it up to here with water, and now
further spokes are coming undone.
Get me a copy editor, or a good stiff
drink, if you will. Our resources have been on hold
for a generation, and this is the result.
As usual, the region, a ‘sensitive area,’
is being evacuated. No one knows how
long their toehold can hold out.”
Our representative will be contacting you,
but meanwhile it is important not to move
or in any way betray your whereabouts to the listening
enemy. His sense of place is long,
but not endless. Mirage control has sealed the borders
with light and the endless diffidence light begets.
You may confess your sins to your mother
but not your aunts and uncles—one would fear
the cauterized result, and in this ugly, cliff-dwelling
universe risk bumping against the question again
in a minor key with too many sharps in it.
Please, would somebody try to telephone the delivery station
and unload the tears at the proper address?
It’s West Fifth, not Southwest. A snowman
can point you toward the steps. Wheedle on
for just a little bit.
But I’ve been asked silly questions before. Now is not the
moment to turn on a dime, or even ask what saint
to pray to, given that they are all alike,
that is, holy. In the latest bewildering formulation.
A Worldly Country
new poems
john ashbery
UN PAÍS MUNDANO
Nuevos poemas
John Ashbery
Traducción
de Daniel Aguirre Oteiza
Lumen Editores
Barcelona
2009
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