julieta valero
los heridos graves
viejos amantes nuevos
Tu cuerpo no es tu cuerpo.
Te sufre y trasciende
esa cobardía, el noviazgo, ropita blanca.
Quién te crees que eres para negarle
lo que yo le ofrecía.
Para dárselo.
La palabra «terminal»
que lleva secos parajes y morfina
te mereces.
Yo quise ser tu vida.
Luego fui a por todo, dije, seré tu ocio
cena en las afueras
carnívora siesta, casa sin culpa
que nos fue dada la pasión, vitriolo para el tiempo.
¡Desnúdame, ayúdanos! ¡No hay más justicia que ésta!
Volverá a ocurrir. Y será deleitoso.
Mientras el tiempo tenga tráquea
ayuntarán nuestras caderas
a su diálogo y botánica.
Mientras, tú y yo nos miramos a los ojos
en una cuneta donde nunca se dio el atropello.
Y envejecemos, envejecemos.
Entre flores estúpidas, igual de blancas.
julieta valero
de Sobreponerse
en Los heridos graves
Viejos amantes nuevos
Editorial Musa a las 9
2014
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