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había tres gatos…
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Había tres gatos que no eran silvestres ni caseros.
Vivían en la bodega.
La bodega estaba lejos de la casa.
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Yo iba hasta allá cuando las amas andaban cortando ajíes, que son de tul verde con el
coágulo rojo dentro.
La amatista… brilla la pata de turquesa de que penden.
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De esos gatos se dijo que comían mariposas y algo más absurdo se dijo… que comían
moras.
Pero yo nunca lo comprobé.
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Estos gatos eran llamados los indios.
Al verme, cada uno trepaba a un árbol y me miraba.
Así yo era observada desde tres lugares diversos.
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Un día, uno de los gatos tuvo para mí intenciones sexuales y yo huí a través de los ajíes de
encaje y él volaba
y caía a mis pies y volvía a volar y a caer a mis pies.
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Me siguió en la larga caminata demostrando a cada instante su poder supremo e inútil…
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Marosa di Giorgio
del blog:
[lospoemasdemarosa.blogspot]
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