–
Las fichas de Maryna
.
Maryna va de secretaria que se ha quitado las gafas de trabajo y está descansando un momento,
apoyada en el gran archivo de las fichas. Tiene las venas de mujer blanca, como todo lo demás.
Tantas horas bautizando las fichas que viven dentro de los cajoncitos como mariposas malas.
Mira hacia la ventanita del merodeo sin esperar nada, tal vez solamente dejando correr el hilo de
su vida ante sus ojos, como si le doliera el corazón pero sin que le duela el corazón, como con las
sienes oscurecidas pero sin que las sienes se la hayan oscurecido.
Si golpea el uno, resonará hasta el infinito, pero si golpea el cero, todo callará. Tampoco quiere acercar
el uno al uno, para no caer, como si anduviera con dos muletas que pudiesen tropezar.
Maryna está hermosa, como en una paz de una sola línea, sencilla, nivelada: eterna y todo. Como una
caldera nueva que borbotea y salpica de fresca sombra, unánime de color, a columpio por motivo. Que
piense lo que quiera, pero que lo piense; que sepa que la felicidad es la certeza de no sentirse perdido.
Maryna está de pie vértebra a vértebra, con dos piernas inferiores y un cabello danés. El resto es más
hermoso todavía, sí.
–
Narciso de Alfonso
Merodeos
0 comentarios