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Georgia-Hilmer

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georgia

 

Georgia está en la ventanita del merodeo

con las manos sumisas, casi devotas y con

esa bata o sobretodo que la pone uniforme

y completamente neutra, como vestida de

colegio o de hospital o de lluvia, y con el pelo

castaño recogido hacia atrás, invisible: tal vez

por eso su cara parece más abundante de

labios y más intensa de mirada y más penetrante

de olfato, con las fosas de la nariz abiertas hacia

delante.

Georgia es consciente de su boca, de sus labios,

y los aprieta muy levemente, y así sobresalen un

poco más, y la boca, sin empezar a abrirse, no

está ya cerrada: como cuando un beso comienza,

o quiere comenzar.

Ni siquiera cejas, ni pestañas visibles: las cuencas

de los ojos al viento, al descubierto, como cráteres

lunares que nos miran con una luz oscura y un brillo.

Y la nariz: larga, huesuda, animal.

Georgia ha pasado, tal vez, una difícil prueba de

belleza sin más apoyo que su belleza. 

Se dice que quien busca la belleza en la verdad es

un pensador y quien busca la verdad en la belleza

es un artista.Tal vez con Georgia se están intentado,

al mismo tiempo, la verdad y la belleza.

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