nuno júdice

 

3 poemas

 

 

 

Traducción al español por Mario Pera

 

 

3 poemas de Nuno Júdice

 

 

 

 

 

 

Luz artesanal

 

 

 

Trabajé el arte del relámpago, arrancando

sus puntas del cielo. Extendí un haz de cenizas aún

caliente sobre las cortinas de la tarde. Vi la lava

descomponerse en una sonrisa de fuego, y seguí aquel río negro

hasta el estuario de tus brazos.

 

«Todo podía haber nacido en la lentitud

de los labios, en la ejecución perfecta de un murmullo»,

me dijiste. Podíamos haber discutido

sobre su lógica hasta el final de esta frase, como si el amor

no enmudeciera la razón.

 

Sin embargo, apenas escuché el eco de una voz, y la sombra

de su sonido asomarse a un cristal de luces

en el palco de las buganvilias donde nos unimos. Y

entreabrí una persiana de estrellas bajo tus párpados,

viendo correr su luz en la cavidad de las axilas.

 

¿Quién cruza los olivares de la memoria, llevando

en el dorso de las mulas una oferta de las vidas que caerán

gota a gota, de un alambique de instante? En vano extendí

las manos para capturarlas, y henchir las manos con el jugo

de cada minuto de éxtasis, como si ese tiempo no tuviera

 

pasado, más allá, donde la vista se pierde

más allá de los últimos puentes.

 

 

 

 

 

Una poética de Horacio

 

 

 

 

Imagine una cabeza de mujer a la que

se une una crin de caballo, plumas de aves para el cuerpo,

y una cola de pez negro: fue así que

horacio criticó las libertades de poetas y pintores

que osaron quebrar la belleza de un rostro

femenino con tan deformes aderezos. Su propuesta,

al contrario, era esta: no huir de lo que la realidad

nos brinda, tanto de las cosas simples de la naturaleza

como de los sentimientos que oscilan entre las lágrimas

y la felicidad, mesurados de igual manera por el amor

y por el deseo de elevarse. Y defendía un arte que

fuera útil y agradable, con frases breves y verdaderas,

en síntesis, digo yo, una utopía que pocos

respetaron, un comenzar para lo mismo que hace elevar

un cisne hasta la altura de las nubes, desafiando el poeta

su destino terrenal de abeja que sorbe

el tomillo de los bosques en la esperanza de producir versos

con la ácida dulzura de la miel.

 

 

 

 

Interrogación

 

 

 

El amor es una vocación oscura. No sé de dónde viene,

pero sé que tiene la forma de un cuerpo que se abraza,

el calor de las palabras casi murmuradas, la precisión

de las manos que descubren el camino hacia el centro,

y que demoran en cada curva. Puedo describir el amor

a través de todas sus formas; indicar el camino

para encontrarlo, pasando las pausas de la vida;

verlo en lo profundo de los ojos que se abren en el intervalo

de un abrazo; seguir su movimiento en el desordenarse

de los cabellos; y olvidar todo lo que sé sobre el amor

para descubrir, de nuevo, cuando viene a mi

encuentro en el sol de la mañana, y el mundo se apaga

a tu regreso para que tu sonrisa lo encienda

y me haga preguntarte por qué el amor

es una vocación oscura.

 

 

 

 

Artesanato de luz

 

 

 

 

Trabalhei a arte do relâmpago, arrancando
as suas pontas ao céu. Estendi um feixe de cinzas ainda
quente sobre o cortinado da tarde. Vi a lava
decompor-se num esgar de fogo, e segui esse negro rio
até ao estuário dos teus braços.

«Tudo podia ter nascido na lentidão
dos lábios, na execução perfeita de um murmúrio»,
disseste-me. Podíamos ter discutido
até ao fim da frase a sua lógica, como se o amor
não emudecesse a razão.

Porém, ouvi apenas o eco de uma voz, e a sombra
do seu som a somar-se a um cristal de luzes
no palco de buganvílias em que nos juntámos. E
entreabri uma persiana de estrelas sob as tuas pálpebras,
vendo correr a sua luz num desfiladeiro de axilas.

Quem atravessa os olivais da memória, levando
no dorso das mulas uma oferenda de vidas que caíram,
gota a gota, de um alambique de instantes? Em vão estendi
as mãos para os apanhar, e encher as mãos com o sumo
de cada minuto de êxtase, como se esse tempo não tivesse

passado, além, onde a vista se perde
para lá das últimas pontes.

 

 

 

A poética de Horácio

 

 

 

Imaginem uma cabeça de mulher a que
se junta uma crina de cavalo, penas de aves pelo corpo,
e uma cauda de peixe negro: foi desta forma que
horácio criticou as liberdades de poetas e pintores
que ousaram quebrar a beleza de um rosto
feminino com tão disformes adereços. A sua proposta,
pelo contrário, era esta: não fugir ao que a realidade
nos oferece, tanto às coisas simples da natureza
como aos sentimentos que oscilam entre as lágrimas
e a alegria, temperados de forma igual pelo amor e
pelo desejo de se elevar. E defendia uma arte que
fosse útil e agradável, com frases breves e verdadeiras,
em síntese, digo eu, uma utopia que poucos
respeitaram, a começar pelo próprio que fez elevar
um cisne até à altura das nuvens, desafiando o poeta
a sofrer o seu destino terreno da abelha que suga
o tomilho dos bosques na esperança de produzir versos
com a ácida doçura do mel.

 

 

 

 

Interrogação

 

 

 

O amor é uma vocação obscura. Não sei de onde vem,
mas sei que tem a forma de um corpo que se abraça,
o calor de palavras quase murmuradas, a precisão
das mãos que descobrem o caminho para o centro,
e se demoram em cada curva. Posso descrever o amor
através de todas as suas formas; indicar o caminho
para o encontrar, passando pelas cesuras da vida;
vê-lo no fundo dos olhos que se abrem no intervalo
de um abraço; seguir o seu movimento num desfazer
de cabelos; e esquecer tudo o que sei sobre o amor
para o descobrir, de novo, quando vens ao meu
encontro ao sol da manhã, e o mundo se apaga
à tua volta para que o teu sorriso o acenda
e me faça perguntar-te porque é que o amor
é uma vocação obscura.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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