Amor constante más allá de la muerte

.

Cerrar podrá mis ojos la postrera

Sombra que me llevare el blanco día,

Y podrá desatar esta alma mía

Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Mas no de esotra parte en la ribera

Dejará la memoria, en donde ardía:

Nadar sabe mi llama el agua fría,

Y perder el respeto a ley severa.

Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,

Venas, que humor a tanto fuego han dado,

Médulas, que han gloriosamente ardido,

Su cuerpo dejará, no su cuidado;

Serán ceniza, mas tendrá sentido;

Polvo serán, mas polvo enamorado.

 

 

 

 

 

 

 

 

.

.

Francisco de Quevedo

Amor constante más allá de la muerte

El Parnaso español (1648)

Erato. Musa IV. Soneto

Poesía varia. Francisco de Quevedo.

Ed. James O.Crosby.

Ediciones Cátedra – Letras Hispánicas, nº 134.

Undécima edición. 1997

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

1 Comentario

  1. María Laura

    Un gran clásico…qué gusto volver a leerlo, muchas gracias por compartir

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

radiografía

 

Algo que ahora sé, no tendría que haber ocurrido.

 

 

oficio

 

Algunos de mis amigos se hartan de lo mismo;
y ellos no escriben poemas.

 

balconcillos 19

 

Hay suficiente belleza en estar aquí y no en otra parte.