Ahora soy una mano,

una mano tendida,

una mano vacía,

abierta, azul y helada.

.

Para qué las violetas

y para qué la vida.

Para nada.

.

Ahora soy unos ojos,

unos ojos sin llamas

que se alargan vacíos

en la luz desolada.

.

Para qué los jazmines

y para qué la vida.

Para nada.

.

¿Y las claras estrellas

y las hojas caídas

y los libros azules

y las cuerdas del arpa

y los brazos en alto

y las manos transidas

y los gritos del cuerpo

y los gritos del alma?

Ah, no sé, ya no sé.

.

He quemado mi frente,

he quemado

los candores más íntimos,

la más alta esperanza,

he quemado mis panes

y he quemado mis trigos,

he quemado mi tierra

y he quemado mi agua.

.

Y ahora qué.

Ah, los ojos,

estos ojos sin nada.

 

 


Idea Vilariño


De Poesía completa

Reedición y homenaje, Lumen, 2008


 

 

 

 

 

 

 

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