pacheco

ecuación de primer grado con una incógnita


En el último río de la ciudad, por error

o incongruencia fantasmagórica, vi

de repente un pez casi muerto. Boqueaba

envenenado por el agua inmunda, letal

como el aire nuestro. Qué frenesí

el de sus labios redondos,

el cero móvil de su boca.

Tal vez la nada

o la palabra inexpresable,

la última voz

de la naturaleza en el valle.

Para él no había salvación

sino escoger entre dos formas de asfixia.

Y no me deja en paz la doble agonía,

el suplicio del agua y su habitante.

Su mirada doliente en mí,

su voluntad de ser escuchado,

su irrevocable sentencia.

Nunca sabré lo que intentaba decirme

el pez sin voz que sólo hablaba el idioma

omnipotente de nuestra madre la muerte.

 

 

 

 


José Emilio Pacheco


Ecuación de primer grado con una incógnita

Elogio de la fugacidad: antología poética 1958-2009

S. L. Fondo de Cultura Económica de España 2010

Madrid

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

después del incidente

 

Sigue creyendo que la luna vierte
su locura inconstante aquí en la noche,
que existe un mundo fiel

 

la vista atrás

 

Me recuerdo de niño, solo en mi soledad.
Notaba que mi vida no era real.