todo era azul

Todo era azul delante de aquellos ojos y era

verde hasta lo entrañable, dorado hasta muy lejos.

Porque el color hallaba su encarnación primera

dentro de aquellos ojos de frágiles reflejos.

Ojos nacientes: luces en una doble esfera.

Todo radiaba en torno como un solar de espejos.

Vivificar las cosas para la primavera

poder fue de unos ojos que nunca han sido viejos.

Se los devoran. ¿Sabes? No soy feliz. No hay goce

como sentir aquella mirada inundadora.

Cuando se me alejaba, me despedí del día.

La claridad brotaba de su directo roce,

pero los devoraron. Y están brotando ahora

penumbras como el pardo rubor de la agonía.

 

 

 

 

 

 

 

 

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Miguel Hernández

Todo era azul

Obra completa Miguel Hernández

2 volúmenes

S. L. U. Espasa Calpe 

Madrid 2010

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m_hernandez

 

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